El 70 por ciento de las empresas ‘tradicionales’ genera menos del 50 por ciento de sus ingresos a través de actividades relacionadas con nuevos negocios. La cifra proviene de una reciente encuesta de Accenture realizada entre 1.440 ejecutivos C-Level en América Latina y confirma la necesidad de evolucionar, tarea en la cual las nuevas tecnologías cumplen un rol fundamental, solo comparable con los desafíos que han de asumir los líderes organizacionales.
El reto de la evolución de los negocios no es de tiempos de pandemia, la Cuarta Revolución Industrial ya estaba impulsando fuertemente cambios en lo digital, físico y biológico. En la parte digital, con la inteligencia artificial, analítica, tecnologías de nube e Internet de las Cosas; en lo físico, con los dispositivos usables (wearables), robótica, realidades virtual y aumentada, impresión 3D y nanotecnología; y en lo biológico, con la ingeniería genética y la biotecnología, por mencionar algunos ejemplos.
La embestida del Covid-19 solo ha acelerado el proceso de transformación de la sociedad y las organizaciones, sobre todo en los mercados emergentes, donde existe una importante oportunidad para crear nuevos modelos de negocio e, incluso, nuevas industrias.
En el mundo de hoy se consolidan las bases de la transición hacia nuevas formas organizacionales que permitan seguir generando ingresos pospandemia. Aquel mundo futuro cada vez más cercano, al que en Accenture hemos llamado el ‘Nunca normal’, se caracteriza por cómo la digitalización moldea la forma en que las personas consumen productos y servicios, llevando a las empresas a impulsar más que nunca experiencias de calidad a través de la tecnología. En este escenario ha cambiado y seguirá mutando la forma en que trabajamos y vivimos; se generan nuevas formas de crear y medir el valor entregado por las compañías, así como el trabajo de éstas con los ecosistemas, desdibujando los límites de las empresas y los modelos operativos tradicionales.
Colombia y sus vecinos se han convertido en países del nunca normal, donde estos tiempos marcan un punto de quiebre para todas las industrias y la urgencia por transformar el core del negocio compite con la necesidad de las compañías por aumentar su capacidad de inversión, los ingresos y la competitividad, a través de nuevas fuentes de crecimiento.
Según proyecciones de nuestra firma, la inteligencia artificial tiene el potencial de aumentar el crecimiento del Valor Agregado Bruto de América Latina en un 4,2 por ciento para el año 2035, pero ¿de qué sirve la proyección si en las salas de juntas habita la incertidumbre por el contexto y, en algunas, el desconocimiento sobre el potencial que deriva la integración de tecnologías como estas?
Cuando se enfrentan a la disrupción, muchos líderes se aferran instintivamente al negocio que tradicionalmente ha operado. En cambio, para los aventureros del nunca normal, la disrupción representa una oportunidad de reinventar el negocio, explorando posibilidades antes impensables para ser más viables en lo financiero, identificando las fuentes de valor atrapado y adentrándose en nuevos mercados para liberarlas.
El momento reactivo asociado a la cuarentena global ya pasó y varias industrias han superado el hito de transformación para evolucionar sus modelos de generación de valor.
Liderazgo y visión sobre las formas en que la tecnología puede impulsar este proceso en todas las industrias son las cartas sobre las mesas directivas. Un ejemplo de ello es la industria de los seguros, que podría mal interpretarse como ‘tradicional’, eso si se desconocieran los nuevos productos de sus portafolios, los cuales incluyen adaptaciones personalizadas al estado de salud de los clientes, basadas en la información captada por un wearable. Premios para quienes toman decisiones de bajo riesgo y alertas sobre quienes no lo hacen. Así es como el mundo conectado se encuentra con la generación de valor.
Entre tanto, existe también la posibilidad de quedarse en la confortable generación de valor bajo modelos tradicionales, pero este parece ser un camino con un final poco deseable. Para la muestra, en los últimos 20 años el 52 por ciento de las compañías del ranquin Fortune 500 ha desaparecido o han sido absorbidas, la principal razón de ello es que no avanzaron en su transformación.
Los líderes de las organizaciones que se proyectan en el nunca normal entienden su digitalización no como una urgencia sino como un punto de partida en la carrera por capturar valor.
* Presidente Ejecutivo de Accenture Colombia