La sentencia que el entonces Minambiente Frank Pearl hiciera respecto al Túnel de Oriente iniciado en 2011 bajo la modalidad de un contrato de concesión, fue una perla para enmarcar: “que era una amenaza ambiental y Medellín, Guarne, Rionegro y Envigado se quedarían sin agua”; suficiente para que la Anla, la autoridad ambiental expidiera la resolución de suspender la obra durante tres años y ahí estamos pagando las facturas de las que culpan a la naturaleza.
Que la obra no era necesaria ni prioritaria apuntaron en la ocasión el gobernador Fajardo y el alcalde Gaviria; expresiones desafortunadas frente a unos hechos tozudos: no hay vías competentes ni suficientes para atender la demanda de tráfico del país, del Oriente ni del aeropuerto.
Y todo...