Dudo que haya en el mundo un solo señor, mayor de sesenta años, que no haya chorreado la baba por Sofía Loren. Y una mujer que no quisiera parecerse a ella.
Los que crecimos con una revista Vanidades cerca, la vimos durante décadas en las fotos de sus páginas. Siempre regia, voluptuosa, con sus ojos marrones enmarcados por unas pestañas largas que tocaban las cejas, su boca amplia, sus dientes grandes y un escote que provocaba toda clase de sueños en los caballeros. Y bueno, supongo que en algunas...