La gran síntesis del incivismo que de modo progresivo está haciendo de Medellín una ciudad invivible está en los pasos de cebra. ¿Para qué sirven? ¿Ofrecen verdadera seguridad a los caminantes? ¿Por qué sólo uno que otro conductor los respeta? ¿Qué sentido tiene mantener pintadas en el pavimento esas franjas de rayas blancas si son inútiles y atreverse a cruzarlas es temerario y puede resultar suicida?
Cuando caminamos tranquilos por alguna ciudad o algún pueblo de un país que nos aventaja en convivencia envidiamos las formas civilizadas de comportamiento de la gente, pero en la ciudad más innovadora del planeta el viejo invento de los pasos de cebra es una marca inútil que delata el irrespeto, la indolencia, la actitud prepotente de los individuos...