“La verdad de la guerra no está en los cuarteles, en los partes oficiales o en los estados mayores, sino en los recuerdos de sus víctimas, que son casi todos”. Lo dice la periodista Svetlana Alexiévich, premio nobel de literatura. Para ella, empezar una guerra es fácil. Lo difícil es ponerle fin.
Que lo digan las dificultades de las tropas de EE. UU. para evacuar a miles de ciudadanos afganos que colaboraron con ellos durante los veinte años de guerra, y ahora temen las represalias de los guerrilleros talibanes, que han tomado el poder.
Trece militares estadounidenses murieron y dieciocho resultaron heridos en un ataque terrorista en el aeropuerto de Kabul, mientras los soldados evacuaban a miles de civiles. Más de noventa afganos también murieron...