Él era uno de los líderes de los Comandos Armados del Pueblo (CAP). Las citas las ponía en los alrededores del Estadio y la Cuarta Brigada. —Es que por ahí estamos más seguros que de La 80 pa’rriba. En el barrio estamos las milicias, las bandas, la Policía y el Ejército. Y en la loma eso se mantiene revuelto, caliente—. Cuando decía “la loma” se refería a La Divisa, La Torre, La Pradera, 20 de Julio, Las Independencias y La Loma. Un reguero de casas apiñadas, de ladrillos desnudos y rojos, que cubrió las montañas y el borde de las quebradas que rodeaban las caballerizas y el Parque de San Javier.
Aún leo en archivos los pasquines y los CD que “Fernando” sentía como un logro de aquella red de rebeldes capaces de hacer revistas militares con fusiles...