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Lo mejor de esta Selección de Lorenzo es que nos está enseñando que sí podemos y debemos ganar; no más victorias morales de solo clasificar a un Mundial y llegar a octavos.
Por MELQUISEDEC TORRES - @Melquisedec70
La historia nacional, aquella construida a partir de la instauración de la república en 1819 en el Congreso de Angostura, ha sido un largo rosario de derrotas, frustraciones, decepciones, desesperanza y pérdidas. A ningún otro territorio americano le calza tan bien esa narrativa cinematográfica del perdedor (losser) que a Colombia; esa república de la Gran Colombia de 1819, el gran sueño del Libertador, apenas duró hasta 1831 con la escisión de Venezuela y Ecuador, y la fugaz primera guerra con el Perú. De ahí en adelante hasta hoy hemos perdido más de la mitad del territorio y tras el fallo de La Haya en el pleito con Nicaragua, una porción gigante de la plataforma continental.
Desde 1829 con Perú, hemos seguido perdiendo enorme territorio con Brasil, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Panamá (con el poder de Estados Unidos). José Eustasio Rivera, el gran poeta y autor de La Vorágine, en condición de parlamentario en los años 20 del siglo pasado denunciaba con vehemencia y casi en solitario el abandono de nuestras fronteras y la inminencia de pérdida de más tierra con Perú; esas selvas y llanuras abandonadas por la desidia de Bogotá fueron su insumo para crear La Vorágine.
Quizá esa haya sido una de las principales causas para que el colombiano promedio se considere perdedor eterno, sometido siempre o justificando sus derrotas con que faltaron cinco centavos para el peso, alimentándose de victorias morales y sumido en un complejo de inferioridad porque es que así somos; mientras hemos sido cerrados a la migración que tanto ha aportado a otros países del continente, vemos al extranjero con ojos de admiración y envidia malsana. Muchos odian a Juan Pablo Montoya porque se salió de ese molde y hablaba con orgullo y justificada arrogancia, y nos dijo que Schumacher no era ningún ídolo sino “el pirobo al que había que ganarle”.
Este domingo 14 de julio, ad portas de esa independencia nacional truncada unos años por la derrotista Patria Boba y Morillo, tendremos enfrente a unos “pirobos” argentinos a los que hay que ganarles. Lo mejor de esta Selección de Lorenzo es que nos está enseñando que sí podemos y debemos ganar; no más victorias morales de solo clasificar a un Mundial y llegar a octavos, o echándonos atrás con Inglaterra en 2018 cuando teníamos con qué superarlos. Mariana Pajón, Catherine Ibargüen, Oscar Figueroa y la Urrutia nos enseñaron que sí había medallas de oro olímpicas para nosotros; otro arrogante con todos los méritos, Egan Bernal, nos puso en lo alto del Tour de Francia sin miedo ni complejo; Pambelé abrió el camino en los 70 para los puños poderosos de muchos más compatriotas. Hoy solo vale ganar, ¡A GANAR, CARAJO!
Orden judicial. Esta sentencia la hemos impugnado. En cumplimiento de orden de tutela, fallo de primera instancia, del Juzgado 66 Penal del Circuito Mixto, estoy obligado a decir que lo dicho en las columnas de fecha 24 de febrero de 2024 “pasaporte a la mexicana” y del 7 de abril de la misma anualidad “pasaporte Picantes” no contaba con la adecuada verificación de los hechos allí plasmados y no estaba soportada en debida forma”.