Con un tercio del mercado, Estados Unidos figura como el primer proveedor de armas en el mundo. Los grupos terroristas son los principales compradores y buena parte de ellos las compran a través de intermediarios. China, acorde con su crecimiento, quiere también competir en ello, lo cual hace que este negocio no solo se convierta en uno de los más competidos, sino también lucrativos y complejos, como los de las drogas y la prostitución.
Los gobiernos tienen una alta responsabilidad en la fabricación de armas y para ello se escudan en el pretexto de preservar su seguridad nacional. En los EE. UU. se comercializan libremente y, finalmente, alcanzan un destino y uso incierto. Según Amnistía Internacional, son cerca de 1.500 muertos al día (¿en todo...