La Historia es una colada de milagrosos relatos campesinos, revueltos con fatuos proyectos políticos anhelantes de bronce y entreverada con mentiras, ansias de dinero, venganzas y pizcas de ideales. Los mitos fundacionales históricos de cada país, entonces, deben ser sujeto de revisión continua para dar solidez a la nacionalidad, al ser y actuar como ciudadanos.
En esa vital tarea está empeñada nuestra Academia Colombiana de Historia Militar, a contrapelo del castro-chavismo que pretende cambiar la memoria histórica de América Latina, con insultos, amenazas y liberticidios, al punto que el pensamiento de Bolívar justifica el racionamiento alimentario a cargo de los Comandos Locales de Alimentación y Producción (CLAP), copia venezolana del Holodomor...