Por Natalia López L.
Me conmueve cada hecho de los que salen en las noticias de ataques a los ciclistas, de ver cuando los carros los cierran y los acosan, o como el de Bogotá, que un camión lo aventó por la baranda de un puente y lo hizo caer por el abismo.
Habría que hacer un pacto entre conductores y ciclistas, y también con los motociclistas, de respeto mutuo. Y digo mutuo porque los ciclistas también deben cumplir con las normas de tránsito, es impresionante ver cómo se pasan los semáforos en rojo, que no se detienen en los peatonales y se saltan los pasos de cebra.
Mi esposo tiene movilidad reducida y cuando salimos a caminar por el barrio es una dificultad muy grande con los ciclistas. Por la noche no se ven, porque muchos de ellos no llevan nada reflectante ni luces en la bici ni en los cascos, y como casi siempre van vestidos de negro, pues parecen fantasmas y uno solo los ve cuando ya están encima. Y ahora también hay mucho repartidor de domicilios en bicicleta y esos sí que no respetan ninguna norma.