Una de las características de una ciudad cosmopolita es la diversidad de actividades que desarrolla la comunidad; el arte, la cultura, las actividades mercantiles, las organizaciones sociales y todo lo que tiene que ver con el entorno urbano; con esta premisa, los encargados de la gestión pública deben preservar el orden institucional en todo el territorio para que sea sostenible.
El Plan de Ordenamiento Territorial POT generó un cambio en la forma tradicional de la promulgación por parte de los entes municipales, de las normas de ubicación de las diferentes actividades mercantiles y del control a las edificaciones, porque en su mayoría eran atenidas a las presiones de algunos funcionarios públicos y a las políticas del gobierno de turno; por eso el concepto de una sana mezcla de usos del suelo, se desarrolló en una forma anacrónica, lo que generó en algunas zonas, afectaciones a la calidad de vida de los residentes.
El más claro ejemplo se presentó en el barrio La Candelaria que forma parte del centro, allí proliferaron en forma desordenada y sin control, los negocios lícitos e ilícitos, incluidos los bares, casas de juego y demás actividades licenciosas; esto trajo como consecuencia inseguridad, un cambio en las costumbres y los usos de la zona, presentando un conflicto social de grandes proporciones, que promovió el desplazamiento de los residentes y sedes empresariales hacia otras zonas de la ciudad, cuya recuperación está demandando grandes esfuerzos de la administración municipal; unos casos similares ocurrieron en el barrio El Prado y en otras zonas de la ciudad.
Los barrios Lleras y Provenza en El Poblado son otro ejemplo, por la falta de control al otorgamiento de licencias de funcionamiento y de adecuación de los locales; esta situación ha traído como consecuencia la pérdida de la tranquilidad y el consecuente éxodo de los habitantes. Si continuáramos con ejemplos observaríamos gran cantidad de calles invadidas de talleres informales que afectan el orden y la higiene, con ocupación de andenes y vías poniendo en riesgo a los peatones y afectando a quienes ocupan esos sectores.
Actualmente se presenta un conflicto en el uso del suelo por parte de las autoridades, generado desde la época de la guerra entre las bandas del narcotráfico, cuando fue afectado por una bomba el Edificio Mónaco en el barrio Santa María de los Ángeles; en ese predio se ubicaron organismos de seguridad del municipio, que han afectado la tranquilidad de los residentes y actualmente se pretende instalar el centro de comunicaciones de la policía, con la consecuente circulación de personas ajenas a la zona, que necesariamente promoverá un cambio en la vocación del barrio, cuando existen otros sitios de la ciudad en zonas aptas para ubicar este tipo de actividades.
Todos estos conflictos en el uso del suelo, exigen de todos los organismos de control del municipio, el cuidado para que coexista una sana mezcla de usos del suelo consagrada en el POT y para que se cumplan las normas sobre el manejo de los asentamientos de negocios en forma indiscriminada por toda la ciudad. Es fundamental evitar los cambios en la vocación de los barrios y las distorsiones que se presentan en el entorno urbano, porque las autoridades deben preservar la seguridad y tranquilidad de los residentes, para conservar el equilibrio entre todos los actores de la vida cotidiana.