Por Margarita Acevedo de G.
Me llegan varios mensajes por Whatsapp que por lo simples me parecen graciosos, pero que traen grandes dosis de sentido común, por ejemplo, ¿si vas a usar el ascensor para subir, para qué hundes también el botón de bajar? ¿No ves que así el ascensor se detiene dos veces y demora más? Y viceversa, si vas para abajo ¿para qué hundes el botón de subir? Y no por hundir desesperadamente una y otra vez el botón de llamado, el ascensor va a llegar más rápido.
Son formas de comportamiento contrarias a lo que ahora llaman “inteligencia social”. Hay otras así: ¿por qué cuando manejas y vas a voltear, no pones las direccionales, advirtiendo así al que viene atrás que vas a girar, y evitas que se te venga encima o te choque? En esta época son más los que no ponen direccionales que los que sí lo hacen, ¿qué les pasa, será que no saben para qué es la palanquita para activar las luces?
Y hablando de luces, las que les faltan a todos aquellos que van sin ellas en motos, bicicletas y carros. Vaya y venga que pueda haber un olvido pasajero, pero las motos que van a mil, ¿les parecerá muy emocionante someterse a la muerte o a dañar a peatones y conductores? Y los ciclistas por la noche, ¡por favor, háganse ver y no vayan como fantasmas!