Si no lo ha dicho así, es por su misma conciencia que no le permite decir la verdad.
Así es nuestro llamado presidente, desde un principio nos debíamos haber dado cuenta. Somos tan inocentes y tan bobos, empezando por mí, que le creímos en su primera campaña. En la segunda fueron los áulicos o enmermelados que, sin creer, sacrificaron su conciencia a cambio de mermelada y dádivas.
Muchas promesas hechas y las mismas incumplidas: “seguiré con la política de la seguridad democrática”, una vez posesionado se encontró con Chávez para iniciar la entrega de Colombia a los amigos de este último. Fue cuando lo llamó “mi nuevo mejor amigo”. Mentiras, mejor amigo sí, pero lo de nuevo nadie se lo cree.
Prohibió los bombardeos a los campamentos de las Farc,...