Por bernardo A. Guerra - cerocorrupcion@bernardoguerrahoyos.com
En su discurso de posesión el presidente Gustavo Petro, al reseñar su decálogo de gobierno y sus compromisos, dijo: “Lucharé contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. Un gobierno de cero tolerancia. Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas. Ni familia, ni amigos, ni compañeros, ni colaboradores... nadie queda excluido del peso de la Ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella”.
Este anuncio debe causar alguna preocupación entre los integrantes de la administración del alcalde Daniel Quintero, pues es sabido públicamente que allí se naufraga en un mar de corrupción, tal como han denunciado algunos medios de comunicación, dirigentes gremiales, sindicatos, concejales, juntas administradoras locales, asociaciones de profesionales, ONG y veedurías ante los organismos de control, sin que la Personería y la Contraloría de Medellín hayan actuado hasta el momento.
Este anuncio del presidente se produce poco después de que el fiscal general diera a conocer que consolidó un grupo élite de investigación con la instrucción clara de “barrer con la corrupción que hay en la administración de Medellín”.
El presidente también manifestó que los grupos de inteligencia del Estado estarán dedicados a ayudar en el combate frontal contra la corrupción. Confiamos, por el bien del país, pero muy especialmente por el de los ciudadanos de Medellín, que envíe lo más pronto a los integrantes de la inteligencia para que coadyuven al grupo élite de la Fiscalía y tengamos resultados efectivos en la capital antioqueña.
Para que el presidente tenga referencias de su amigo, compañero y colaborador Daniel Quintero, enumero a continuación algunos de los hechos que se conocen sobre las malas andanzas del alcalde.
Remito al señor presidente al informe de la Superintendencia de Salud sobre la delicada situación que se vive en Metrosalud y el Hospital General de Medellín, en donde están consignados hechos de corrupción evidentes tolerados por Daniel Quintero y su séquito de colaboradores. No escapa al referido fenómeno el Hospital Infantil Concejo de Medellín.
El programa Buen Comienzo presenta afectación grave por cuenta de malas prácticas en contratación, con incidencia directa en la disminución de la cantidad y calidad de la atención de niños y niñas, así como un aberrante caso de abuso sexual a catorce menores y la reciente muerte por desnutrición de dos niños.
Al parecer existen oscuros manejos en la licitación de atención de adultos mayores, por valor cercano a 50 mil millones de pesos.
No se compadece la delicada situación que afrontan los programas sociales en Medellín con la intención del nuevo gobierno de prestar oportuna y eficaz atención a los niños, las mujeres y a los adultos mayores.
El deseo de muchos ciudadanos es que el presidente pase de las palabras a los hechos y cumpla con otro de los postulados de su discurso: “Se acabaron los ‘no se puede’ y los ‘siempre fue así’. Hoy empieza la Colombia de lo posible”.
Post Scriptum: ¿Cuáles son los funcionarios de la Gobernación de Antioquia que reciben órdenes y le copian a Daniel Quintero?