Alberto Linero se “mamó” de ser sacerdote y lo hizo público la semana pasada. El hecho ha despertado todo tipo de reacciones pues él ha sido durante años un referente espiritual para muchas personas que lo escuchan y leen con admiración.
Quienes han ido a una ordenación sacerdotal saben que una vez el candidato recibe este sacramento, se le canta o aclama el versículo “tú eres sacerdote para siempre” (Hebreos 7, 17) Y el “para siempre”, no es una expresión romántica o una palabrita en sentido figurado. Es una promesa que el sacerdote debe sostener todos los días de su vida. El orden sacerdotal es un sacramento que imprime carácter, es decir, una vez recibido, permanece para siempre en la persona, sin posibilidad de ser removido o anulado. Quien...