Se llevaron la sensatez
Por Esteban Arango Escobar
Universidad Pontificia Bolivariana
Facultad Com. Social, 7° semestre.
@EstebanA08
Hoy en día cualquier aparecido puede ver un partido de fútbol y comentar cuanto se le ocurre en sus redes sociales. Lo digo con conocimiento de causa: no tengo credenciales, experiencia como analista o renombre en el medio, pero cada domingo repito un mismo ritual, fiel a los equipos que desde hace años acostumbro seguir.
Nacional, Medellín, Chelsea... todos reciben su comentario. Es un hábito presuntuoso, cuya satisfacción está no solo en ver el partido, sino en dejar registro de lo que de él se ha inferido. Cada vez resultan más adeptos de esta práctica, peligrosa en tanto superfluos y descontextualizados sean los análisis que los internautas llevemos a cabo.
En el marco de las amenazas, hay un grupo que destaca del resto, compuesto en su mayoría por periodistas y por espectadores que se asumen dueños de una mayor autoridad por tener un blog o por administrar una cuenta en Twitter. Son los ‘eruditos’. Una especie fundamentada en juicios arbitrarios, pero que encuentra respaldo en el número de retuits y de seguidores que logran movilizar.
Sus argumentos suelen ser triviales, así como sus discípulos ingenuos. Lo único que consideran acertado es lo que coincide con su manera de ver las cosas, de allí que su discurso esté cargado de una antipatía sumamente perjudicial para el debate público.
Los ‘eruditos’ ni siquiera se toman la molestia de apartar el gusto de sus opiniones. Solo sirve lo que es de su agrado. Solo es correcto lo que sus prejuicios aceptan. Su conocimiento queda ampliamente desacreditado, porque el mensaje que transmiten es destructivo.
Bastó con ver la reacción de los ‘eruditos’ frente a la ‘justa’ victoria del Arsenal sobre el Leicester para entender el daño que infringen estos personajes. Tienen una idea de ‘’jugar bien’’ y lo que no corresponde a ella, no es fútbol. Demeritan los estilos defensivos. Solo la posesión de balón y la presión en campo rival aprueban sus exámenes.
El análisis sensato del juego es el que considera tantas variantes como sean posibles. Los ‘eruditos’ del fútbol se lo han llevado. Hay que traerlo de vuelta.
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