“Nuestra democracia se destruye porque ha abusado de los derechos a la igualdad y a la libertad, porque ha enseñado al ciudadano a considerar la impertinencia como un derecho, el irrespeto a las leyes como una libertad, la imprudencia en las palabras como igualdad y la anarquía como felicidad”.
El párrafo anterior lo escribió Isócrates, orador, político y discípulo de Sócrates, nació en Atenas el año 426 antes de Cristo. Su padre poseía esclavos para fabricar flautas. Esta industria le aseguró la gran fortuna que le permitió darle una excelente educación tanto a Isócrates como a sus dos hermanos. El suicidio fue la causa de su muerte.
Afirmó el exmagistrado Javier Tamayo Jaramillo en un valeroso y profundo artículo: “El nuevo derecho o derecho de los jueces, con sus precedentes obligatorios, acabó con la Constitución, con el principio de legalidad y la seguridad jurídica, dizque con el ánimo de proteger al proletariado. Pero, detrás de esas sentencias populistas en favor de los necesitados, se esconden otros intereses de mayor calado: apropiarse del poder por medio de sus decisiones por fuera de la ley”.
Y continúa el exmagistrado Tamayo: “Hoy, en sus manos está la soberanía del Estado entendida como la capacidad de decidir. Las altas cortes mantienen aniquilados a los legisladores y a los gobernantes. Unos y otros se arrodillan de miedo o por interés ante las veleidades de algunos jueces. Y, los intelectuales orgánicos al servicio del Gobierno, deciden según los dictados de su ideología extremista”.
Y concluye Tamayo: “Las altas cortes, por medio de unos pocos magistrados, han mancillado su magisterio, por venalidad, obsecuencia con los movimientos de izquierda, o por odio a sus contradictores”.
Se oye decir que Gustavo Petro es la figura más importante y azarosa de la izquierda colombiana, acaba de oficializar su candidatura tras ganar la consulta interpartidista y de inmediato inició su campaña para la primera vuelta para la presidencia en 2022. Está punteando las encuestas de opinión en momentos cuando todavía no tiene competidores destacados de otros partidos. Ojalá los tenga pronto.
Maria Clara Ospina, directora de La Linterna Azul, dijo en un excelente artículo titulado: “A Petro se le salió el guerrillero: Era fácil entender a través de sus trinos hasta qué punto Petro se deleitaba con los incendios de los CAIS. Era como presenciar el deleite de cualquier pirómano ante un incendio. Era vergonzoso verlo azuzar a sus seguidores para que se sumaran a los revoltosos”.
Y remató a Petro la señora Ospina recordándonos sus arengas: “Provocar, incitar e instigar a las masas descontroladas; algo aprendido, con seguridad, de las cartillas comunistas. No importan las consecuencias, los destrozos, ni los muertos. Al contrario, entre más muertos mejor, más mártires para la “causa”. Hay que sacar partido de todo lo que ocurra. Hay que culpar al gobierno por cada crimen cometido en Colombia, por narcos o terroristas”.