Ya era hora, incluso si han sido 22 años muy largos.
Fue en 1998 cuando Microsoft finalmente aterrizó en la mira del gobierno federal, cuando el Departamento de Justicia y 20 fiscales generales estatales alegaron en una demanda antimonopolio que el gigante del software había abusado de su poder de mercado para aplastar la competencia. Fue la última vez que el gobierno tomó medidas significativas contra el ascenso sin restricciones de un gigante tecnológico.
Las grandes empresas tecnológicas que han surgido desde el caso de Microsoft han sido tratadas por el gobierno como si fueran las flores más delicadas, necesitadas de más cuidados que los helechos más quisquillosos. Ha habido multas ridículas, mientras se permitían una fusión tras otra.
Los encargados de la regulación le han dado a empresas como Google, Facebook y Amazon un amplio margen para convertirse en algunas de las entidades más valiosas de la historia del planeta. Sus fundadores se encuentran entre las personas más ricas de la historia.
Todo se detuvo con el anuncio en octubre de que el Departamento de Justicia finalmente estaba apuntando a Google en una demanda antimonopolio centrada en búsquedas y publicidad. Y el miércoles, en la acción gubernamental más potente desde el caso de Microsoft, la Comisión Federal de Comercio y 46 estados, así como el Distrito de Columbia y Guam, presentaron una demanda en el Tribunal de Distrito de Columbia alegando que Facebook empleó tácticas anticompetitivas que le permitieron intimidar y enterrar a sus rivales. La presentación, después de una investigación de 18 meses, recomienda dividir la empresa.
“Durante casi una década, Facebook ha utilizado su dominio y poder de monopolio para aplastar a rivales más pequeños y acabar con la competencia”, dijo la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien dirigió el grupo estatal, en una conferencia de prensa. “Al utilizar su vasto tesoro de datos y dinero, Facebook ha aplastado u obstaculizado lo que la empresa percibía como posibles amenazas”.
La F.T.C., que se encarga de proteger a los consumidores del dominio corporativo, ha eludido sus responsabilidades muchas veces a lo largo de los años cuando se trata de empresas de tecnología. Finalmente ha decidido en los últimos días de la administración Trump arriesgarlo todo.
Facebook aportará su enorme poder para hacer frente a la agencia, que tiene solo unos 1.100 empleados y un presupuesto insignificante de 330 millones de dólares. En contraste, los ingresos de Facebook aumentaron bruscamente a USD $21.5 mil millones en su trimestre más reciente, lo que le dio amplios recursos para agregar a sus ya amplios recursos.
El crecimiento descontrolado de algunas empresas de tecnología ha sido un desafío para los nuevos participantes y, en última instancia, un freno a la innovación. Y con un poder ilimitado, las empresas de Big Tech se han convertido en matones, armados con puños llenos de datos, adquiridos a través de una enorme participación de mercado, para mantenerlos en la cima del montón.
Hay una serie de correos electrónicos del fundador y director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg. Sus misivas dejan claro que Facebook absorbió posibles competidores para eliminar los desafíos a su hegemonía. ¿Cuál fue la última gran red social importante que ganó tracción? Sería Snapchat, que comenzó en 2011. Es una empresa creativa que Facebook hizo todo lo posible por comprar. Y cuando Facebook fue rechazado, simplemente copió los productos de Snap, una y otra vez, para absorber la innovación de Snap y acabar con ella.
Este ha sido durante mucho tiempo una movida de Facebook, por lo que espero con ansias el proceso de descubrimiento en la nueva demanda para ver hasta qué punto Facebook presionó a la administración Trump para apuntar a su rival más reciente, TikTok.
Esta estrategia de “comprar o enterrar” recuerda las acusaciones dirigidas a Bill Gates de Microsoft hace décadas. Estos cargos todavía tienen peso cuando se lanzaron contra Zuckerberg hoy.
Lo que sabemos ahora es que Facebook se ha convertido en una amenaza en formas que requieren limitar su tamaño y poder
