La oportuna comprobación de que el cine, la literatura y el periodismo constituyen fuentes valiosas de conciencia histórica está en Un burka por amor, novela con versión televisiva de la periodista española Reyes Monforte, y en la película Máquina de guerra, protagonizada por Brad Pitt. Reyes Monforte revela el trato primitivo a la mujer afgana. Y el filme dirigido por David Michöd, basado también en una novela, de Michael Hastings, relata el caso del general Stanley Mc Chrystal, comandante de las tropas estadinenses en Afganistán y malogrado por criticar la presencia estéril de Estados Unidos en aquel país. Al menos esas dos patéticas referencias fílmicoliterarias deberían leerse y analizarse donde quiera que se pretenda interpretar la toma del poder por los talibanes.
Comparto la conclusión de la escritora y lectora insomne María Teresa Ramírez sobre la novela de Reyes Monforte: “Es una gran obra, escrita con agilidad, donde muestra con franca rudeza esas costumbres ancestrales que durante siglos han oprimido a las mujeres en ese país”. La agilidad y riqueza de imágenes son características del estilo que luce Reyes como periodista de radio, televisión y prensa. Conjuga con acierto esas dos cualidades de las que tanto hemos tratado con alumnos y colegas: El periodismo nos mantiene en la realidad y la novela nos asegura el manejo atinado de la ficción legítima.
Descripciones de un paisaje y una tierra yermos y la vida paupérrima de la gente en casacuevas; tetimonios indignantes y dolorosos como los linchamientos de mujeres pilladas sin ocultarse bajo el burka, atuendo infamante que las convierte en seres anónimos e insignificantes; expresiones de angustia como las de María, empeñada en retornar a España y, en fin, imágenes y situaciones que han caracterizado a la autora como artista de la palabra dicha y escrita y que hacen de esta novela una referencia infaltable para la comprensión de una realidad no sólo afgana, sino extendida por todo el planeta.
Leamos y veamos novela y película, además de la otra, la que presenta al sensato general Mc Chrystal, separado del Ejército por Obama porque tuvo el valor y la entereza de poner en cuestión la eficacia y legitimidad de la presencia estadinense en Afganistán y el propósito frustrado de imponer la democracia contra una cosmovisión que no quiere saber nada de ella y se resiste a incorporarla a su modo de vida. Tremendas, impactantes obras proyectadas e impresas, que nos ayudan a conocer y comprender las distancias siderales entre las civilizaciones y culturas, a captar el estado actual y las perspectivas de esta aldea global desconcertante y a interpretar el porqué y el sentido verdadero de lo que pasa y nos pasa cuando nos alcanzan los fragmentos de actualidad con que los noticieros nos bombardean