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Raúl E. Tamayo Gaviria
Columnista

Raúl E. Tamayo Gaviria

Publicado

Vergüenza democrática

Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA

rtamayo@une.net.co

Mi amigo Leandro me cuenta que iba un hombre volando en un globo, cuando se dio cuenta de que iba perdido. Maniobra su globo y desciende lentamente hasta divisar a un hombre en medio del campo y le grita:

--¿Podría usted ayudarme? Quedé de entrevistarme con un amigo a las 2:00 p.m. llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro.

--Claro que si, responde el hombre, se encuentra usted en un globo de aire caliente, flotando a unos treinta metros de altura, entre los 40 y 43 grados de latitud norte y entre los 58 y 60 de longitud oeste.

--¿Es usted militar verdad? --Si señor, ¿cómo lo adivinó?

--Es simple, porque todo lo que dijo es técnicamente correcto, pero prácticamente inútil. Continúo perdido y voy a llegar tarde a mi cita.

--Y usted ¿es socialista acaso? --¿Y cómo lo supo usted?

--Sencillo. Porque usted no sabe dónde está ni para dónde va, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva su problema. Se encuentra usted en el mismo lugar y situación que estaba antes de preguntarme, solo que ahora, por alguna extraña razón,...¡la culpa es mía!

Vimos en la instalación de la nueva legislación del Honorable Congreso, cómo se le dio la palabra a la oposición en la que Aída Avella de la Unión Patriótica, despotricó del Gobierno y las sesiones virtuales en un deshilvanado discurso, agresivo y ofensivo, para quedar con representación en la mesa directiva con la senadora exguerrillera, Sandra Ramírez, compañera sentimental de “Manuel Marulanda”, jefe máximo de las narcoterroristas Farc. Conocida también como “Griselda Lobo”, es la madre de Enrique Marulanda, hijo de Manuel y ella. Enrique está ahora en Venezuela, con la disidencia de las Farc, bajo las órdenes de “Santrich” e “Iván Márquez”. Dicho por Hervin Hoyos a Fernando Lodoño en La Verdad.

Después vimos a una enfurecida Ángela Robledo pedir respeto para la senadora Avella porque a alguien se le zafó decirle “vieja”, después de su agresivo discurso. Miren quién pide respeto, la parlamentaria de Manizales que nos llamó a los antioqueños, en sesión de la Cámara, “sicariato heredado de la mafia”. Insultó a toda Antioquia que le valió un regaño virtual del parlamentario Óscar Darío Pérez, quien le recordó que si ella denigra de sus ancestros, nosotros nos sentimos orgullosos de ser antioqueños.

Ese es el costo de la democracia: la derecha y centroizquierda, conceden honores a la extrema izquierda, eligiéndole a la exguerrillera vicepresidenta segunda; ellos escupen insultos, y piden respeto.

Ñapa: Hacemos un llamado a los congresistas que defienden a Colombia y sus Fuerzas Armadas y de Policía, que no se dejen manipular por los que han atacado y combatido nuestro Estado de Derecho desde el monte, las encrucijadas y las cuevas, y ahora pretenden manejar los ascensos de los militares en el Congreso. Después querrán fundar las Milicias Bolivarianas de Chávez.

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