Síguenos en:
Elbacé Restrepo
Columnista

Elbacé Restrepo

Publicado

¿Y lo de adentro pa’ cuándo?

Por Elbacé Restrepo - elbaceciliarestrepo@yahoo.com

Uno podría pensar que, junto con los avances de la tecnología y de la ciencia, el ser humano también encontraría el camino para darle un sentido trascendental a su existencia, ¡pero qué va!

En tiempos de autonomía, inclusión, diversidad, aceptación de la diferencia, derechos adquiridos y activistas que luchan por sus causas, el aspecto físico sigue siendo un indicador social de éxito y felicidad. Los estándares determinados nos marcan la pauta de cómo “debemos” ser: Cómo debe ser el cuerpo, cómo debemos llevar el pelo, de qué tamaño deben ser las pestañas, los senos, las nalgas y las uñas. Ah, y también la alimentación, la forma de vestir y hasta la forma de vivir. Somos esclavos de la apariencia y hasta pagamos por ello.

Tal vez esto no sea nada nuevo. Solo que ahora, con tanto acceso a la información desde temprana edad y con tanta saturación en redes sociales, las nuevas generaciones son cada vez más vulnerables, más inconformes y más esclavas de su apariencia.

Hay niñas de doce años que quieren hacerse un alisado. A los quince la mayoría ya se pone pestañas postizas y las uñas semipermanentes no son suficientes: deben ser acrílicas y largas. Mientras más largas, mejor. También está de moda el “baby bótox” para las jóvenes de veinticinco años, dizque para evitar el envejecimiento prematuro. ¿No es una esclavitud innecesaria empezar a sufrir por las arrugas desde los veinticinco? Y les tengo noticias: Hagan lo que hagan, ellas llegan porque llegan.

Somos esclavos del abdomen plano y todo lo demás bien prominente, hasta los labios. Y no está mal quererse, cuidarse ni sentirse mejor con uno mismo, pero estos procesos, cuando son regidos por la vanidad, son un atentado a la naturalidad, con el agravante de que a veces logran el efecto contrario.

Respeto a quienes recurren a cirugías y todo tipo de cosas para sentirse más a gusto y felices, pero deberíamos tener una reflexión de fondo. ¿Por qué no aceptarnos como somos y ya? ¿Y si nos dejamos de comparar? ¿Y si abrazamos nuestras “imperfecciones” y entendemos que cada persona tiene su propio brillo? ¿Y si entablamos una relación más positiva con lo que somos y tenemos? ¿Y si adoptamos rutinas más tranquilas que en el tiempo reflejen estilos de vida saludables? ¿Y lo de adentro pa’ cuándo? No es en la fachada, sino en el interior, donde está el valor auténtico e indiscutible de cada individuo: el empeño en ser mejor persona cada día.

Que cada quien elija cómo sentirse mejor, pero no como prerrequisito de aceptación social ni para ser un clon más de Instagram que necesita encajar y parecerse a...

Hagamos énfasis en el amor propio, porque es importante quererse, valorarse y agradecer por el cuerpo, esa casa que habitamos, tan inteligente y funcional, incluso si ya lucimos canas, arrugas, panza, senos caídos y nalga chupada 

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas