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7 y 9
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Diego Londoño
Periodista musical
@Elfanfatal
Colombia es dueña de un sin fin de ritmos y sonidos, de matices, voces, e interpretaciones. Es dueña además de gran parte del legado de la cumbia, de la tradición del vallenato y de la fiesta brava, colorida y bullosa de la champeta. Y es ahí, en esta última, donde aparece el mago de la guitarra, del sabor caribeño, de las historias graciosas, y de la champeta criolla, el ignorado Abelardo Carbonó, un genio del sabor del baile, y dueño de la champeta que ahora es vanguardia no en Colombia, sino en Europa y muchos lugares del mundo.
En nuestro país, la psicodelia no solo vivió en la nueva ola, el rocanrol o el movimiento nadaísta, también tuvo su protagonismo en la champeta, en el oleaje de una de las orillas del río más musical de Colombia, en las fiestas callejeras, en las guitarras tropicales y en una champeta vanguardista que hoy tiene tatuado el apellido Carbonó.
Y como lo dije, este es un apellido y un nombre ignorado en nuestro país, y ahí me incluyo, pues tuve que estar escuchando chicha peruana en las calles de Lima, para conocer un representante de nuestro sonido criollo y caribeño.
¿Quién es Abelardo Carbonó?
Es un músico nacido en Ciénaga, Magdalena, con más de setenta años y la energía intacta, que toca la guitarra como quien no quiere la cosa, sin púas, uñas, ni pick, pero le suena como a los dioses, quizá porque su padre y su abuelo fueron consagrados guitarristas de la región. Es el creador de un estilo divertido, juvenil, que desde los años 70, exploró con el sonido sicodélico, el afro roots y afro caribe, y logró lo que pocos grupos de rocanrol, un sonido internacional y de verdad sicodélico desde el juego de guitarras, efectos y voces procesadas. Es un costeño que aprendió la música y la guitarra de manera empírica, que no entiende de notas o ritmos, pero genera fiesta cada que sube a un escenario.
Durante su carrera musical grabó alrededor de 20 longplays para sellos disqueros como Codiscos, Sonolux, Ham Music. En su obra sentó las bases sólidas de una música tropical de vanguardia, de experimentación sonora, mezclando ritmos vallenatos con música africana. Se dice que Carbonó es el maestro catalizador de la nueva ola de la música colombiana y las fusiones, el inspirador de grupos como Bomba Estéreo, Systema Solar o Frente Cumbiero. Recientemente lo mejor de su música fue publicado por el Sello Vampisoul en España, una antología de dos LP de lujo, que han tenido mucho éxito a nivel mundial.
Su música es apetecida en muchos lugares de Europa, la forma de tocar la guitarra la piden en distintos escenarios, hasta en los shows fiesteros que hacen barcos por el Mediterráneo, y él, desde la humildad de su Río Magdalena, solo recuerda al Titanic y se llena de miedo pensando en asistir.
Lo curioso es que su música y su nombre pasan desapercibidos en Colombia, no tienen raíces ni pasado, pero internacionalmente, canciones como la famosa Carolina, Muévela, Shalcarri o Quiero mi gente, son buscadas por coleccionistas musicales de Alemania, España, Francia y Japón.
Y es que para los que lo conocen en Colombia, su música hace parte solo de un recuerdo, pero para los que lo redescubrieron en el mundo, es el presente de la vanguardia de las fusiones, de las llamadas world music que son inspiración.
Yo aún me sorprendo con su historia y con su música, qué deleite para los oídos y para la historia de nuestro país.
Y, ustedes, ¿Saben quién es Abelardo Carbonó?