Con el fin de las fiestas y el regreso de los colombianos a sus trabajos, comienza en realidad esta semana el nuevo año. Un año lleno de desafíos, pero en el que se debe tener confianza en que las cosas van a mejorar tanto en el aspecto sanitario como en el económico. El virus circula todavía, pero hemos aprendido qué comportamientos de prevención hay que adoptar. Además, ya la vacuna está disponible, una proeza científica que hay que destacar. Aunque la vacuna no ha llegado todavía al país, es cuestión de semanas para que se dé, y eso llama al optimismo. El reto para el sistema de salud será distribuirla de forma ordenada y aplicarla lo más rápidamente posible. Las autoridades también deben evitar, lo que algunos avizoran: un mercado negro de vacunas. De otra parte, los esfuerzos de todos nosotros y de nuestros gobernantes deben concentrarse en la recuperación de la economía, en la recuperación del empleo, en especial de las mujeres y jóvenes, y en el retorno a la normalidad de muchas actividades agobiadas por las restricciones como los hoteles, restaurantes y el transporte, entre otras. Una normalidad que también debe llegar a escuelas, colegios y universidades. Las enseñanzas de la crisis sanitaria deben iluminar el camino en este nuevo año que, aunque no será fácil, va a ser mejor que el anterior