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Editorial

Hay que ponerle

el ojo a Colpensiones

La entidad que maneja las pensiones de 1,5 millones de personas y los aportes de 7 millones de trabajadores colombianos debe ser manejada sin tacha alguna.
Publicado

A quienes creían que lo más preocupante y delicado de los cambios que quiere hacer el presidente Gustavo Petro era la reforma a la salud, les tenemos una noticia: ojo con Colpensiones.

Colpensiones tiene actualmente 1,5 millones de pensionados a quienes les paga puntualmente su mesada, administra los aportes de cerca de siete millones de trabajadores, de los cuales el 80% gana un salario mínimo, y paga los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) a un poco más de 32.000 colombianos que a pesar de no ganar un salario mínimo ahorraron para tener un ingreso de por vida.

En los últimos años, Colpensiones ha invertido grandes esfuerzos en su modernización y en una mejor atención a los usuarios. Al punto de que cada vez son menos, por no decir pocas o ninguna, las quejas por irregularidades en esta entidad tan importante en Colombia que utiliza 18 billones de pesos de los impuestos que pagamos todos los colombianos para pagar mesadas. Porque, hay que decirlo, la plata de las cotizaciones no alcanza.

Por ser un tema tan sensible se han disparado las alertas con el nombramiento de Jaime Dussán como nuevo presidente de la entidad y por la reforma pensional que prepara el gobierno.

Dussán ha sido un dirigente político y líder sindical conocido en el país por haber sido presidente de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode). Su nombramiento abrió interrogantes sobre qué tan calificado podía estar para manejar una ‘empresa’ de las dimensiones de Colpensiones teniendo en cuenta que, a sus 71 años, no cuenta con experiencia en la administración de entidades públicas o empresas privadas.

Cuando el presidente Petro lo posesionó dijo que “es un homenaje a la vida de una persona que ha luchado desde el frente sindical, desde los movimientos sociales, desde el intento de organización permanente de la izquierda colombiana desde hace décadas”. ¿Qué tan estratégico es para el país que una de las entidades más importantes se ponga en manos no de quien tenga los méritos y la experiencia sino de alguien a quien el presidente quiere hacerle un homenaje?

Dussán entró con pie izquierdo por unas declaraciones que dio en las que señaló que con recursos de las pensiones se podrían financiar proyectos de infraestructura, como el tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, que fueron desmentidas por el propio Petro. Recientemente la W reveló que Dussán firmó contratos por 332 millones de pesos para contratar personal en lo que denominó una “nómina paralela”, tema en el que el presidente de la entidad todavía no se ha pronunciado.

Una entidad como Colpensiones no se puede convertir en fortín burocrático, menos cuando es deficitaria y el gobierno nacional, como ya lo mencionamos, debe aportar billonarios recursos para pagarles a los pensionados.

La entidad será, además, la principal protagonista de la reforma pensional que prepara el gobierno y que tiene como objetivo construir un sistema de pilares: uno contributivo al que aportarían a Colpensiones los que ganen hasta cuatro salarios mínimos; uno voluntario, para los que ganen más de cuatro salarios y que aportarían a los fondos privados, y uno solidario, para pagarles medio salario mínimo a más de tres millones de adultos mayores que no pudieron cotizar al sistema.

Aunque todavía no se conoce el texto del proyecto, el anuncio de su contenido sigue causando revuelo, especialmente entre las administradoras de los fondos privados de pensiones que ven una grave amenaza a su permanencia porque si se mantiene la propuesta de que quienes devenguen hasta cuatro salarios mínimos se trasladen a Colpensiones, se quedarían sin más del 90% de sus afiliados.

Si bien el gobierno dice que Colpensiones se beneficiaría con la llegada masiva de afiliados ya que recibiría más aportes, esto no es del todo cierto porque el beneficio es temporal y se estaría incubando una bomba de tiempo que estallaría en el futuro.

La razón es que la entidad tendría que desembolsar más recursos a medida que se vayan pensionando más personas. Hay que recordar que las mesadas de Colpensiones tienen un alto subsidio porque los ahorros que hicieron los afiliados durante toda su vida laboral no alcanzan a cubrir lo que reciben como pensión.

Más preocupante aún es el hecho de que algunos funcionarios del gobierno de Gustavo Petro están haciendo cuentas alegres con los recursos que llegarían de los fondos de pensiones privados al Gobierno.

Por eso, insistimos en que la entidad se debe manejar con guantes de seda porque de ella depende el presente y futuro de millones de colombianos que necesitan una pensión para vivir .

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