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Tristeza, ese es el sentimiento que embarga a la mayoría de los jóvenes.
La interrupción de sus estudios por la pandemia, la prohibición de fiestas y reuniones,
y la dificultad para encontrar trabajo, entre las causales de este sentimiento.
Muy oportuna la publicación de los resultados de la primera fase de la Tercera Medición de la Gran Encuesta Nacional sobre Jóvenes–mayo 2021 de la Universidad del Rosario, Cifras y Conceptos y El Tiempo. La encuesta interroga a los jóvenes en momentos en que el país se encuentra en medio del paro nacional, en el cual ellos han sido actores centrales. Sin duda, un instrumento fundamental para entender lo que los jóvenes entre los 18 y 32 años quieren expresarle a la sociedad.
Estos jóvenes, que viven en alguna de las trece principales ciudades del país, dicen que el sentimiento que de forma mayoritaria los embarga es la tristeza. Si se compara la actual medición con las anteriores de enero y marzo de 2020, la tristeza crece (33 % de los jóvenes se sienten tristes en mayo de 2021 contra 26 % en enero de 2020), cuando antes predominaba la alegría (pasó del 66 % al 5 %). El cambio se da, sobre todo, por las mujeres, para quienes la tristeza pesa 36 %, mientras que entre los hombre predomina la ira (30 %).
La ruptura afectiva y psicológica de los jóvenes, es provocada por la interrupción brutal de sus estudios por la pandemia, que provocó también la anulación de pasantías y prácticas, la prohibición de fiestas y reuniones, y aumentó la dificultad de encontrar trabajo. La inserción de los jóvenes en el mercado laboral, un problema estructural, se ha dificultado aún más con la recesión, y la tasa de desempleo de los jóvenes, según el Dane, alcanza 23,5 %.
Todos factores que los afectan, al tiempo que condicionan su autonomía, en una edad en que se encaminan hacia la edad adulta y la independencia. De ahí la creciente preocupación de los jóvenes por el empleo y la pobreza, una señal de la precarización económica de este grupo de colombianos como consecuencia de la crisis económica.
Según la encuesta, los jóvenes colombianos quieren manifestarse. Lo hacen por las redes sociales, una novedad en la protesta social moderna, pero también saliendo a las marchas callejeras. Han concurrido numerosos jóvenes, convocados por las redes sociales, pero también con el convencimiento personal de que las cosas pueden cambiar si salen a protestar, lo cual refleja un grado de politización inesperado.
La mayoría de los encuestados (84 %) se sienten representados por el paro nacional, con mayor apoyo de aquellos que se definen como de izquierda y de centro, porque piensan que pueden lograr cambios. Se observa una identificación con los puntos que propone el comité de paro, muchos de ellos por fuera de los intereses directos de los jóvenes como la reducción de los peajes o los subsidios a las pequeñas y medianas empresas.
Según la encuesta, los jóvenes no creen en las instituciones gubernamentales, pero sí en las universidades, las redes sociales y la iglesia. Sin embargo, piensan que con su voto pueden lograr cambios y van a votar para la Presidencia y el Congreso. El 41 % de los jóvenes votaría por un candidato de centro, el 25 % por uno de izquierda y 5 % por uno de derecha.
Por último, esta encuesta representa la historia de 4,4 millones de jóvenes urbanos, una parte importante del total que está llegando al mercado laboral o que son aún estudiantes. Ojalá vengan más encuestas a otros grupos de jóvenes y otros estudios complementarios, que den elementos adicionales para orientar la política pública