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Un año después de la muerte del estudiante Javier Ordóñez, ocurrida en medio de un operativo policial en Bogotá, se volvieron a presentar fuertes disturbios. Desde ayer muy temprano se reunieron grupos de manifestantes que quemaron llantas y cerraron vías en el sur y el norte de la ciudad. Esta jornada de violencia dejó el saldo de tres uniformados y decenas de jóvenes heridos, así como un CAI incendiado. Un triste balance para un día de protesta que desembocó en actos vandálicos, cuyo único logro es provocar el desasosiego de la ciudadanía