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En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • La Filarmónica de Medellín se ha preocupado por los programas sociales. Foto cortesía Filarmed.
    La Filarmónica de Medellín se ha preocupado por los programas sociales. Foto cortesía Filarmed.

Filarmónica de Medellín: sincronizar corazones con música

La Orquesta Filarmónica de Medellín fue reconocida con el Classical:NEXT en Innovación. Hay todo un trabajo que va más allá de los conciertos.

Beatriz Mesa Mejía | Publicado

Sonido, ritmo, armonía y tiempo identifican a la Filarmónica de Medellín, y no se trata solo de los músicos, también de la organización que ha planteado distintos programas sociales, que forman un conjunto.

Lo explica María Catalina Prieto, su directora ejecutiva, para quien, así como los músicos se unen en torno a una partitura, la orquesta se configura de acuerdo con unas líneas culturales y sociales que acogen distintos haceres y saberes, como siguiendo el ritmo del metrónomo, acompasados.

La Filarmónica, fundada hace 39 años por el maestro Alberto Correa, vive un momento de plenitud. Reconocimientos como el Grammy Latino en 2021 a Mejor Álbum de Música Latina para Niños por Tu Rockcito Filarmónico la han puesto en la mira internacional. Este 20 de mayo se le otorgó el Classical:NEXT en Innovación, anunciado por la Sociedad Mundial de Música Clásica y Artística Classical:NEXT en Hannover, Alemania.

María Catalina explica que el Classical:NEXT es un evento en el que se marcan las tendencias de la música clásica. Convoca músicos, productores, periodistas y críticos de los cinco continentes. La nominación la hace un grupo de doce expertos de distintas nacionalidades. “Quiere decir que ya estamos en el radar de los especialistas de música clásica en el mundo (...). Esto es el reconocimiento de las grandes ligas del sector de la música clásica”.

Para el investigador musical y consultor colombiano Mauricio Peña, fundador de MPC Music Management y quien nominó a la Orquesta ante Classical:NEXT, la orquesta ha realizado una labor de amplias connotaciones musicales y sociales. Explica que, en el mundo, las orquestas filarmónicas o sinfónicas dependen, en general, de los estados. La Filarmed, con su carácter privado, tiene libertad para asumir un trabajo que va más allá de los conciertos. Su estrategia social parte de las necesidades del entorno. Ha sido una decisión al interior de la misma, independiente.

Mauricio advierte que es un ejemplo de una orquesta no gubernamental, sin fines de lucro, por su gestión en la música y la responsabilidad social y corporativa en la que se tejen opciones con una idea: ser relevante. “A partir de esa conciencia, se le abrió un nuevo universo (...). Ha entendido que la manera de que su ciudad sienta que la orquesta sí la atiende es mostrándole su papel en distintas instancias, distintos escenarios de su comunidad”.

María Catalina describe a la Filarmed como “una organización cultural del siglo XXI, una organización audaz que ha entendido cuál es la importancia de una orquesta y de la música sinfónica en una ciudad como Medellín y en un país como Colombia y que se debe a todos y cada uno de sus habitantes”. Y parte de ese ser dinámico, fue lo que motivó a David Greilsammer a decirle sí a la invitación que se le hizo para ser el director titular de la orquesta integrada por 68 músicos.

Su transformación comenzó hace cinco años, cuando asumió la dirección ejecutiva Ana Cristina Abad, acompañada de María Catalina Prieto, quien es administradora y música. Ambas querían que la organización se involucrara en un proyecto de ciudad. Al renunciar Ana Cristina, María Catalina asumió las riendas.

El cambio

La Filarmed se expande y sale del Teatro Metropolitano, sede de sus conciertos de temporada. Su música se escucha en parques, museos, iglesias y hospitales de Medellín, y en otros municipios como San Pedro de Los Milagros. El trompetista Luis Cárdenas, profesor de la Escuela de Música del lugar, músico de la Banda Sinfónica y miembro “supernumerario”, explica que los conciertos tienen una gran acogida y han estimulado el acercamiento a la música por parte de niños y jóvenes. “La orquesta le ha dado una oferta cultural amplia al municipio, ha contribuido a formar público”.

El presupuesto anual para toda la organización es de 8.700 millones de pesos, cuenta con patrocinadores como Comfama, especialmente para los conciertos en las regiones, y del Ministerio de Cultura y el Gobierno local para el programa de ciudad. Cada proyecto debe tener un patrocinador.

Uno de esos programas que indican su sintonía es Soy músico, que convoca a la población neurodiversa. Juanita Eslava, doctora en Musicoterapia y su coordinadora, señala que a través de la música se sensibiliza, enfatizando en las habilidades de cada uno. Participan 40 personas, entre los 17 y 40 años, que crea comunidad y que estimula la motricidad, la comunicación, la capacidad de escuchar. “Lo pensamos como ejercicio de los derechos culturales”.

Otro programa singular es el Coro Reconciliación integrado por excombatientes y firmantes de paz y víctimas de la violencia. María Catalina piensa que cuando dos personas cantan juntas sincronizan el latido de sus corazones. “Sentíamos que tenía mucho poder, en términos simbólicos, resignificar las relaciones de aquellos que habían estado en orillas diferentes del conflicto armado colombiano”. Marcela Correa, directora del coro, del que hacen parte 22 personas, señala que ha sido un desafío poner a dialogar personas con experiencias tan opuestas y formarlas en la música. Hoy sus integrantes son una comunidad, armonizan sus corazones en una nota, participan de algunos conciertos. Las canciones tienen relación con la paz, el perdón y la esperanza. “No es un espacio para hacer política ni victimizar, es un espacio para ser”.

Estos, entre otros programas como el trabajo con la población infantil en zonas rurales afectadas por la violencia o con jóvenes con discapacidad auditiva y visual, marcan el presente de esta entidad con una pregunta que tiene respuestas abiertas: cómo ser relevante aportando acciones que contribuyan a crear una mejor sociedad, a partir de lo que saben hacer: música.

Porque una Filarmónica no es una música, son muchas. Se le debe a la tradición y también a romper los esquemas para volar. Es cuestión de atreverse. Y de creer ◘

* Periodista y editora; magíster en Hemenéutica Literaria.

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