Un poeta viendo Un poeta, de Simón Mesa

Un intercambio de mensajes en redes sociales entre Simón Mesa y un antiguo profesor suyo provocó un debate sobre la identidad del personaje de Un poeta.

hace 2 horas
  • BOGOTÁ, 11 de julio de 2025.- Película Un poeta. (Colprensa-Ocúltimo y Medio de Contención)-
    BOGOTÁ, 11 de julio de 2025.- Película Un poeta. (Colprensa-Ocúltimo y Medio de Contención)-
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—Simón, vos que me conociste, que fuiste mi alumno, ¿por qué sin la más mínima ética usaste mi primer nombre y segundo apellido, el nombre de mi hija y algunos datos sobre ella, para hacer una payasada donde quedo como un fracasado, un ser mínimo, una persona que sólo produce risa por su pequeñez existencial? Lo que has hecho con mi vida es inmoral, antiético, y nadie te dio permiso para usar mi existencia como material para una comedia sobre un fracasado (...) Espera acciones legales pronto.

—¡Mauricio! La película no es sobre tu vida, no conozco tu vida y nunca me inspiré en ella para escribirla, más allá de que fuiste mi profesor en la universidad (...) He tenido muchos profesores que podrían acercarse a la vida de Óscar (...) Porque, si no te das cuenta, la historia se puede ver reflejada en la vida de todos y muchos más...

Este cruce de mensajes públicos por Facebook entre el director de cine antioqueño Simón Mesa y un antiguo profesor suyo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Antioquia, Óscar Mauricio Naranjo Restrepo, llamó la atención de muchos, que terminaron con más curiosidad para ver Un poeta, la película de Simón Mesa Soto aplaudida en diferentes festivales internacionales de cine, entre ellos, Cannes y San Sebastián, y se proyecta como aspirante al Óscar como mejor película internacional.

Todo empezó cuando algunas personas cercanas a Mauricio lo espolearon para que protestara porque, según le dijeron, encontraron grandes similitudes entre él y el protagonista: las más relevantes eran el nombre ¯el personaje principal de Un poeta se llama Óscar Restrepo, es decir, su primer nombre y su segundo apellido¯; la hija del poeta se llama Daniela, igual que su hija, y quiere estudiar lo mismo que esta estudió, Comunicación Audiovisual en la Universidad de Medellín; y, por último, Mauricio también es poeta y bohemio como el Óscar de la película. Claro que un personaje arquetípico como el de Un poeta muy posiblemente haya despertado en más de uno la sensación de haber sido inspirador de esta historia.

“Eso me cogió en un mal momento. Me había quedado sin trabajo hacía 18 meses por cuenta del recorte presupuestal en la Universidad de Antioquia; me tocó hacer un negocio y vender algo que no quería vender...”. Así explica Óscar Mauricio el origen de la polémica que suscitó en redes sociales, pero que luego borró, además de desistir de la acción legal.

Con 61 años, este comunicador social y periodista ha dedicado buena parte de su vida a dar clases en diferentes universidades, a la radio cultural, a cultivar conocimientos con estudios y lecturas, y a escribir poesía y microrrelatos. Su libro más reciente es Signo cero. De hecho, cuando empezó a estudiar en la Bolivariana en 1981, sus compañeros —todos mayores que él, pues solo tenía 16 años—, lo reconocían como poeta. Su seudónimo era Osman y a veces firmaba como Cítrico. Era sensible, gracioso, noble, rebelde y bohemio, igual que hoy.

Su vocación de profesor, lector, investigador y escritor le llegó por herencia, como la buena memoria. Su padre, Rómulo Naranjo, fue un destacado docente de literatura, librepensador con una biblioteca gigante donde Mauricio pasaba largas horas desde que estaba niño, con acceso a obras de la literatura universal, de los poetas malditos, de Nietzsche, de los nadaístas, de Estanislao Zuleta, pero también de san Juan de la Cruz, santo Tomás de Aquino y más.

Es justo aclarar que cuando Mauricio publicó su queja en Facebook ¡no había visto Un poeta! “No la he querido ver, no he vuelto a cine”, me dijo quien por muchos años fue un cinéfilo consumado. Por eso, para hacer esta entrevista, lo invité a verla, a dejar sus dos gatos, la soledad y la paz de su apartamento del Oriente cercano, y a desplazarnos a Medellín, cosa que nunca hace. Pero accedió gustoso.

Así fue como al otro día, apertrechado con crispetas, gaseosa y una actitud entre infantil y expectante, esperó a que empezara la famosa película que semanas antes le había despertado el Mr. Hyde que todos llevamos dentro.

No espabiló. Se rio varias veces, la disfrutó. Y al salir, sus primeras palabras: “¡Muy buena! Me encantó la película, la dirección de actores, el casting; la actuación del protagonista me fascinó, lo mismo que la actuación de Guillermo Cardona; pero Yurladis y Daniela, qué actrices, impresionantes esas dos niñas; y a Ubeimar, mis respetos. Además, tiene una crítica muy buena a los festivales y escuelas de poesía”.

Lo que no varió fue la certeza de que el director tomó aspectos de su vida.

“Yo sé que ahí hay cosas mías. Ahora bien, el protagonista es profesor de colegio, yo soy de universidad. Pero sigo encontrando puntos de coincidencia. Por ejemplo, en la relación del poeta con la hija, en los nombres de los personajes. No creo que sea una coincidencia que se llame Daniela y estudie Comunicación Audiovisual en la Medellín, que eso pasó en la época en que yo le daba clases a él”.

¿En algún momento te sentiste identificado con el personaje de Óscar Restrepo?

“Nos parecemos en la edad, en el nombre, en la mirada melancólica, por no decir depresiva; en cierto comportamiento erróneo que pudo haber tenido en medio de sus tragos; en algunos diálogos me veía un poco retratado”.

Después de verla, ¿sigues pensando que hay una burla?

“Hay un énfasis en que es un poeta mediocre (risas) que no ha tenido el reconocimiento que busca; yo nunca he buscado reconocimiento ni tengo ese afán de ganar premios, pero el poeta de la película sí siente angustia de mirarse como fracasado. Hay un punto muy fuerte de alguien que fracasó en el arte, y mucho por culpa de sus problemas de melancolía y con la vida bohemia. Es decir, sí tomó muchos elementos de mi vida, pero de una manera muy general, desde el estereotipo, no desde la investigación. Finalmente, me parece que hace una burla de los poetas de Medellín, y en parte tiene razón porque es un circuito muy cerrado, casi una sociedad secreta donde hay muchas envidias, mucho egocentrismo, mucho ánimo de ser invitados a esos festivales de poesía”.

¿El discurso del profesor dando clase se parecía al tuyo?

“¡Sí! —dice entre risas—, yo soy así. Hablo así. Cambio la entonación, me vuelvo medio protocolario y hago puesta en escena. Soy muy histriónico, hago énfasis y hablo duro y manejo cierta oratoria. El psicoanalista dice que es que para ser docente se necesita ser histérico, entonces que yo tengo mucho de histeria. Digamos que ese estilo retórico del profe es muy el mío”.

¿Pero igual no quedas bravo con eso?

“Nooo. Sé que hay gente que me odia como a todo el mundo, sé que hay estudiantes que no me quieren, pero sé que dejé una huella en la universidad y en mis estudiantes. O sea, yo me siento muy buen profesor, y parte de eso es esa puesta en escena, ese despliegue escénico y retórico que es importantísimo. Imaginate, pues, un profesor sentado, hablando planamente, hablando pasito, ¿a vos no te aburriría?”.

¿Si tuvieras a Simón Mesa al frente, qué le dirías sobre Un poeta?

“Le diría que es una excelente película y que finalmente me dijera la verdad, si sí me tomó a mí de referente para construir ese personaje”.

Lo que dice el director

Al consultarlo sobre el tema en medio de las múltiples ocupaciones alrededor de los triunfos de Un poeta, las presentaciones en festivales en todo el mundo y el proceso inherente a una eventual nominación al Óscar, el director Simón Mesa insiste en lo que ha dicho en varias entrevistas: “No sé nada sobre la vida de Mauricio, la película no es sobre su vida, aunque como profesor mío nutre mis recuerdos y experiencias de vida, lo mismo que otros profesores que tuve”. Si bien no piensa emprender acciones legales contra Mauricio, considera que su publicación en Facebook fue muy irrespetuosa, sobre todo sin haber visto la película. “Me pone triste porque lo aprecié mucho como profesor, pero lo que escribió es muy delicado, muy grave y peligroso en esta época, porque uno no puede dimensionar las posibles consecuencias que eso pueda tener, con las implicaciones que tienen las redes sociales”.

Como Mauricio, es muy posible que más de un poeta o artista se haya sentido identificado con el personaje de Óscar Restrepo, y así se lo han manifestado a Simón Mesa en varios de los mensajes de felicitación que ha recibido. Respecto a esto, afirma el también escritor y profesor de literatura Gustavo Arango que gran parte del éxito de Un poeta radica precisamente en que toca una fibra sensible, la de las personas que no encajan. “La película y la reacción de Mauricio revelan que en contraste con la sociedad antioqueña, que está orgullosa de la verraquera, del triunfar, del conseguir dinero, del sentido práctico, están otros personajes muy sensibles que no encajan en esa forma de vida predominante. Estas personas están al margen de esa ideología utilitaria y no encuentran un lugar en la sociedad”. Lo curioso, según Gustavo, “es que, antes, las personas de posición social alta eran las personas cultas, y ahora las personas cultas son marginales”. Entre tanto, Un poeta ajusta cerca de tres meses en cartelera y sigue atrayendo espectadores, algo inusual para cualquier película colombiana y extranjera.

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