Antioquia

Antioquia suma para proteger su biodiversidad

Veinte entidades, entre gubernamentales y ONG, establecen una alianza para recuperar tierras deforestadas y erosionadas y conservar el agua.

Periodista egresado de UPB con especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante, poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos. Especialidad, crónicas.

09 de julio de 2019

Proteger 1’075.365 hectáreas de bosque, 350 fuentes hídricas abastecedoras de acueductos, 76.000 hectáreas de ciénagas y 17 áreas protegidas, entre otros, será la misión de la Alianza por el Desarrollo Sostenible de Antioquia, un pacto firmado por 20 entidades de la región, incluidas gubernamentales y ong con el liderazgo de la FAO (Organización de las Naciones Unidas por la Alimentación y la Agricultura).

Más que un acuerdo de voluntades, se busca que las alcaldías, la Gobernación, las corporaciones ambientales (Cornare, Corantioquia y Área Metropolitana), EPM y otras entidades relacionadas con la sostenibilidad asuman compromisos en dos temas cruciales: la protección de los bosques y el cambio climático.

Es un trabajo para actuar en conjunto en asuntos como la deforestación, la erosión, la contaminación del recurso hídrico y la mitigación del riesgo: “Los bosques son fundamentales en esta causa, porque ellos son reguladores del cambio climático y son los que ayudan a que los impactos no afecten tanto los ecosistemas”, comenta Ana María Castaño, subdirectora de Ecosistemas de la corporación Corantioquia.

Cifras que alarman

Según registro de Corantioquia, entre 1990 y 2017, en el departamento se perdieron 496.198 hectáreas de bosques, de las cuales 315.250 pertenecen a la jurisdicción de esta corporación, que abarca un total de 80 municipios.

Frente a este tema, por ejemplo, la acción de la entidad es la formulación del Plan de Ordenamiento Forestal, que será un instrumento para abocar la protección de los bosques involucrando a los gobiernos y las comunidades.

Para el recurso hídrico se acaban de aprobar 90 iniciativas del programa Piragua, que consiste en que, aprovechando los liderazgos de las comunidades en los territorios, se cuide el recurso sin afectar su bienestar. Se ejecutarán en 146 veredas de 55 municipios.

Lucy Rivera Osorio, secretaria del Medio Ambiente de la Gobernación, resalta que el pacto significa acción, “pues compromete la institucionalidad, las autoridades ambientales y el sector privado; es demostrar que a Antioquia le preocupa la sostenibilidad”.

Su dependencia y la FAO, elaboran el Plan Regional del Cambio Climático, que una vez esté listo incluirá medidas de mitigación por sectores y servirá como guía de acción para los próximos gobernantes.

Las comunidades

Entre los temas cruciales está la minería ilegal e informal, puesto que esta afecta los bosques y las fuentes hídricas. Este año se han abierto diez procesos sancionatorios y se han otorgados 930 títulos y 300 licencias ambientales. Y se acompaña a 50 mineros artesanales en su formalización.

Además de capacitar a los mineros, también se combate la ilegalidad. La Secretaría de Gobierno de Antioquia reportó la destrucción de dos yacimientos mineros ilegales en Yondó y Remedios, lo que permitió la recuperación de 20 hectáreas degradadas.

Alejandro Arango, biólogo y líder de la corporación Gio Ambiental, que ejerce acciones en favor del bosque en el norte del Valle de Aburrá, advierte que esta iniciativa es positiva solo si se trabaja de la mano con los líderes.

“Una alianza de este tamaño no funciona si no se involucra a las comunidades de base, que son las que sufren los problemas de deforestación, contaminación, minería ilegal”, advierte. Señala que este acuerdo debe servir para estimular acciones como el ecoturismo y el pago por servicios ambientales.

Uno de los frentes a trabajar es precisamente la agricultura y de allí la importancia de que entidades como la FAO respalden esta iniciativa.

Adriana Pérez Guzmán, secretaria técnica de este pacto, admite que una de las causas de la deforestación es la agricultura, por lo que al sector agrario se le capacitará para que incurra en prácticas que no dañen los ecosistemas.

“El sector agropecuario se puede desarrollar con mejores tecnologías, cultivar menos cantidades de tierra sin tener que deforestar; con buenas prácticas podríamos liberar tierras agrícolas para reforestar”, señala.

Añade que en este tema el principal instrumento (ya listo) es el Pota (Plan de Ordenamiento Territorial Agropecuario) que se está socializando para involucrarlo en los planes de gobierno. (Ver paréntesis) .