Tanta llovedera dañó el paseo de olla a los charcos de Barbosa
Alcadía restringió visita de turistas ante temor de crecientes. El comercio rechaza la medida.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.
Los Charcos del Brujo, uno de los principales atractivos turísticos de Barbosa, está pasando las verdes y las maduras por cuenta del invierno. Un decreto de la Alcaldía de Barbosa hizo que se restringiera su uso para evitar una creciente que terminara costando vidas, pero los comerciantes dicen que el único riesgo latente es el de pasar necesidades por la ausencia de los turistas desde hace cuatro fines de semana.
El decreto 0195 del 25 de septiembre de 2022 se firmó luego de una emergencia registrada en la zona aledaña a estos charcos un día antes, que afectó cuatro establecimientos comerciales del sector, cuando no solo el agua bajaba con fuerza, sino que las rocas golpeaban contra las paredes de estos locales.
Catalina Ossa, directora de Gestión del Riesgo de Barbosa, relató que “tuvimos una creciente en la microcuenca y le informamos a la comunidad que al momento está restringido el ingreso en estos charcos, esto en virtud de la precaución del artículo 3 de la ley 1523 de 2012”.
El soporte de las autoridades para tomar esa decisión, en la tarde de ese sábado, las aguas que suelen refrescar a los turistas bajaron cargadas de palos, ramas y piedras, las cuales quedaron estancadas en los muros construidos para represar el agua que sirve como piscina natural.
Incluso, al ver que las lluvias no cesaban, el pasado 4 de noviembre, la Alcaldía de Barbosa expidió un nuevo decreto, el 229, en el cual extendía la emergencia y con ello la restricción para ingresar a cualquiera de los charcos y quebradas barboseñas.
Todo esto, con base en los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), los cuales señalan que las lluvias podría incrementarse en esta parte del Valle de Aburrá y con ello las crecientes de las afluentes, incluyendo estos charcos.
La emergencia comercial
Pero desde entonces, según quienes tienen su sustento del turismo, no se ha presentado una sola emergencia que ponga en riesgo a los turistas. Albeiro Ortiz, quien vende mecato, cerveza y gaseosas hace 25 años, señaló que “por acá ni siquiera está lloviendo en estos días. Lo único que está pasando es que llevamos dos fines de semana sin vender nada y muchas familias tienen el sustento en estos negocio”.
Por ejemplo, en su caso, las ventas en una época normal podrían estar en los $500.000 un domingo, mientras que en los más recientes no ha podido superar los $200.000. Y la disminución en las ventas ha sido relatada por cada uno de los comerciantes que durante la semana abren con la esperanza de que un turista aislado llegue para disfrutar de las refrescantes aguas de estos charcos.
Incluso, en dos de los establecimientos comerciales ubicados en el costado izquierdo del afluente que pasa por este sector están marcados con un letrero de sellamiento, donde se especifica que se hace de manera preventiva porque no respeta los retiros de las fuentes hídricas.
Los comerciantes afectados, quienes aseguraron tener conocimientos empíricos de meteorología, manifestaron que el riesgo por ahora es muy bajito y que ellos saben cuándo deben sacar a las personas de los charcos para evitar las crecientes súbitas que temen desde la alcaldía.
“Eso acá nunca ha pasado nada, nadie se ha ahogado. Además, nosotros sabemos cuando va a llover duro. Nosotros miramos hacia la montaña y si lo vemos muy oscuro, le decimos a la gente que se salga y con eso solucionamos el problema”, relató Ortiz, apoyado por otros dos vendedores del sector.
Pocas respuestas
Los comerciantes ya exigen respuestas a la alcaldía para que les den soluciones, para evitar alejar a los turistas y así mantener los ingresos de un espacio que se ha vuelto reconocido. Sin embargo, aseguraron, que por ahora no hay intención de abrir nuevamente este espacio a su máxima capacidad.
“Quisiera saber por qué un mes después de ocurrido el acontecimiento la entidad de Gestión de Desastres solo dice que no se puede llenar el charco de donde muchas familias sacan su sustento. Nunca se han preguntado a decir qué pasó o qué necesitamos”, comentó Rubén Carmona, otro de los comerciantes.
Pero por ahora, la posición de la alcaldía es férrea y la restricción para que la gente acceda a estos charcos se mantiene. No obstante, algunos turistas siguen yendo al lugar, mientras los comerciantes esperan que salga el sol, de manera permanente, para que su economía no se siga viendo golpeada