Acelerador para el metro de la 80: ya rueda proceso de licitación
La ruta para elegir el contratista se conocerá el 15 de octubre y estaría lista en marzo de 2022. Panorama.
Periodista y politólogo en formación. Aprendo a escribir y, a veces, hablo sobre política.
Para que un tren ligero ruede por la 80 en 2027, la ciudad, el Metro y la Nación han tenido que apretar hasta el fondo el acelerador. Varios hitos se han cumplido en los últimos años para que eso suceda, pero uno de los más palpables de cara a su construcción es la publicación preliminar de los detalles para la selección del contratista de la megaobra.
Eso ocurrió este lunes, cuando el Metro dio a conocer que cerca de 200 empresas nacionales e internacionales han participado de espacios para conocer los detalles técnicos, financieros y legales del proyecto. Estos fueron dispuestos en un prepliego de 35 páginas, que precisa las características del proceso de selección del contratista, sumado al perfil y responsabilidades que este deberá asumir una vez gane la licitación.
Entre los requisitos emerge uno en particular, de carácter legal, que tiene que ver con la modalidad de contrato único. Esto significa que el actor que se haga a la licitación tendrá que ejecutar los estudios y diseños de fase III, la posterior construcción, suministro de material rodante y gestión de equipos y sistemas, además del cumplimiento de una garantía del servicio, después de entrada en operación.
Esa hoja de términos preliminar estará abierta al mercado hasta antes del 15 de octubre, cuestión que les permitirá a los oferentes proponer ajustes y recomendaciones, según sus capacidades. Ese día se publicará el prepliego, con miras a firmar el acta de inicio de obra en mayo de 2022.
Requisitos preliminares
Cabe recordar que el metro ligero de la 80 es un corredor ferroviario de 13,25 km, e irá desde la estación Caribe del metro hasta la Aguacatala.
Aunque sus diseños continúan en fase II, hay algunas certezas respecto a las características del trazado: serán 17 paradas y la mayoría del trayecto se construirá a nivel, a excepción de un soterrado en la estación San Germán y tres viaductos, ubicados a la altura de Caribe, la avenida Guayabal y la calle 12 Sur.
En este sentido, y según el prepliego conocido por este diario, los interesados en ejecutar la obra tendrán que contar con experiencia en diseños y obras civiles, además de conocimientos especializados en equipos electromagnéticos y de sistemas. Estos, en materia técnica, serán los requisitos a considerar.
En cuanto a los aspectos financieros, los indicadores de liquidez, niveles de endeudamiento, cobertura de intereses, capital de trabajo y patrimonio de los oferentes serán evaluados, con el fin de garantizar que el elegido pueda responder por la obra y sus contratiempos, explicó Sergio López, director de Planeación.
Un tercer frente tiene que ver con la estructura de transacción (ruta contractual) definida para el proyecto por parte de su estructuradora, la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN). Según Alexander Jiménez Laverde, profesional de Planeación del Metro y coordinador técnico del metro de la 80, un contrato unificado fue la salida más pertinente, tras hacer un análisis de riesgos.
En ello coincidió López, tras precisar que con esta forma de contratación se evitará que las responsabilidades de la obra recaigan sobre actores diferentes: “Cuando se contratan los frentes de obra separados, las responsabilidades suelen ser complejas. Por ello el oferente deberá asumir todo el paquete”.
Este comprenderá, como se expresó en un inicio, el trámite de los estudios y diseños de fase III. También las vías férreas del tren ligero, los carriles de tráfico mixto, el material rodante, los vehículos auxiliares y la señalización.
Se suma a esto la edificación y gestión de los puentes y estaciones, el patio taller y las redes de servicio. Los planes de manejo ambiental y de tráfico cierran la lista de responsabilidades. En esta línea, acotó Jiménez, el contratista deberá asumir un modelo de desembolso a partir de los avances por unidades funcionales. Es decir que el Metro entregará la plata a medida que se concluya cada una de las etapas del proyecto. Tal metodología se conectará con un proceso de garantía del servicio, una vez la obra opere.
Aunque el contrato terminaría en 2027, si todo sale como se prevé, el contratista deberá quedarse un tiempo adicional para responder por la infraestructura. “La propuesta inicial es de tres años, pero está sujeta a negociación”, dijo Jiménez.
Otros frentes
Este pliego preliminar llega a acompañar otras certezas, como el modelo de financiación. Este, según López y Jiménez, seguirá siendo el concebido en principio, por un monto de $3,54 billones: 70 % asumidos por la Nación, con $2,47 billones; y 30 % por el Municipio, con $1,062 billones. Lo que se salga de estos montos, caso de algunos intercambios (ver Para saber más), será asumido por el Metro o el Municipio.
En cuanto a los recursos gestionados por este último, Jiménez afirmó que el desembolso por vigencias futuras, aprobado por el Concejo, avanza positivamente. Los primeros $110.000 millones fueron entregados en diciembre de 2020 y se espera que este año se giren $52.000 millones más. Estos desembolsos irán hasta 2034, y se ajustarán a la variación del Ingreso Base de Cotización (IBC).
Pese a este panorama, quedan puntos por resolver. Uno de ellos tiene que ver con la adquisición de los predios para el trazado. Luz Stella Marín, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Laureles, indicó que todavía hay desconfianza frente a obras como estas, debido a lo ocurrido con algunos intercambios. Según la líder, preocupa la garantía de derechos en los futuros procesos de negociación.
Al respecto, López, de Planeación, sostuvo que la gestión de los predios no comenzará sin la reglamentación de la política pública de protección a moradores: “Esta dará las garantías requeridas y ahora se encuentra en revisión de la Secretaría General. Se firma la política y, a la par, arranca la gestión predial de la mano de la EDU”.
Otro de los frentes que preocupa tiene que ver con las reposiciones, tanto arbóreas como de carril. Sobre la primera, el ingeniero forestal Mauricio Jaramillo ha afirmado que la tala de árboles que se hará en el lugar (no se conoce una cifra precisa) representará un deterioro ambiental. Sobre este tema, Jiménez, del Metro, explicó que ya se avanza en la siembra de 82 ejemplares extra, mientras la reposición exigida por la norma es definida por el Área Metropolitana. En cuanto a los carriles, este precisó que se contará con dos en doble sentido para el metro ligero, sumados a dos de movilidad vehicular y a un trazado para ciclorruta.
La reorganización de las rutas de transporte colectivo, que es otro tema que genera incertidumbre, se gestiona actualmente mediante una mesa con los transportadores. Los ajustes en los trayectos serán progresivos, mientras estos actores se recuperan por el golpe que les dio la pandemia, detalló López.
Dichas gestiones, sumadas al traslado de redes con EPM, se ejecutarán este año, mientras avanza la adjudicación. Las fechas claves para esto, además del 15 de octubre, serán el 3 de diciembre de este año, con la publicación de los pliegos definitivos, y el 15 de marzo de 2022, fecha límite para elegir al contratista.
Esta administración ejecutará el 80 % del tramo entre Caribe y la Floresta y, aunque el contratista podrá definir los frentes de obra, esta etapa será priorizada porque se encuentra el patio taller y la estación de conexión eléctrica, claves para que el metro ligero entre en operación.