Con 105 años, Merardo arrastra hasta la fundación de Apartadó
Carmelo Moreno, su padre, fue fundador del casco urbano original que se quemó por un incendio en 1949. En el mismo lugar Merardo refundó el barrio Pueblo Quemao.
Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.
El hombre más longevo de Apartadó, en Urabá, cumplió 105 años. Merardo Moreno es el único testigo vivo del nacimiento del pueblo, su traslado a la cabecera actual, y el surgimiento del barrio que dio origen a este territorio.
Una familia de fundadores, eso son los Moreno. El padre, Carmelo, llegó en 1907 junto a Dionosio Cuello y José Cardales en busca de la tagua, o marfil vegetal, y erigieron un asentamiento al que bautizaron como Apartadó, que en dialecto indígena significa río de plátano.
Allí nació en 1913 el hijo, Merardo, quien tras la quema del casco urbano original por la violencia entre liberales y conservadores (1949), que obligó a reubicar la población en el sitio actual, levantó de las cenizas el sector Pueblo Quemao, que había sido fundado por su padre.
La familia Moreno relató que Merardo tuvo 10 hijos —de los cuales viven nueve—, 36 nietos, 54 bisnietos, 14 tataranietos y dos salta corral, que es el término para referirse a los descendientes de la quinta generación.
“Siempre fue un hombre fiestero, vivía de aguardiente todos los fines de semana y nos contaba que se relacionaba mucho con las comunidades indígenas embera que vivían en los alrededores de Apartadó. Eso sí, siempre se mantuvo al margen de la política”, relató su nieto Daimer Moreno.
Hasta el año pasado conservó la lucidez que durante décadas le sirvió para contar a los niños de la familia sus aventuras pescando o cazando venados (cuando era permitido).
También era un hábil jugador del parqués y dominó. Ya la edad se le vino encima y aunque todavía camina, ahora es un hombre más callado.
Con Gertrudris Cuello, también heredera de una de las familias fundadoras, lleva casado 76 años. Junto a ella y con las visitas de los más de un centenar de descendientes que tiene, pasa sus días entre su hamaca, su mecedora y su cama, asombrado de que el caserío que conoció ahora tiene más pinta de ciudad que de pueblo.
“Mi abuelo levantó un pequeño poblado y ahora esto es un municipio que se acerca a los 200.000 habitantes. Como no salía mucho, cuando vio cómo estaba su tierra lo sorprendió el progreso, los almacenes, centros comerciales y edificios que remplazaron las casas viejas de madera que ayudó a construir”, contó Yanet Sepúlveda.
La mayoría de los Moreno son vecinos en el barrio Pueblo Quemao, al que apenas el año pasado le empezaron a construir el alcantarillado. Al estar a orillas del río, varias administraciones trataron de desalojarlo por estar en riesgo de inundación, pero allí llevan asentados más de 100 años rodeando a Merardo, el último fundador vivo de Apartadó.