Antioquia

¿Con cancha de fútbol enterrarán
la promesa del Bazar de los Puentes?

La idea es recuperar el espacio degradado, pero no hay fecha para la construcción del bazar.

04 de abril de 2022

A María Eugenia Valencia la tomó por sorpresa el anuncio de la Alcaldía: sobre las losas viejas y gastadas, donde alguna vez estuvo el Bazar de los Puentes, se construirá una placa deportiva. Hoy, esas losas están invadidas por la maleza, por hombres tendidos sobre el suelo, por talleres de motos improvisados.

Han pasado ocho años desde que desmontaron el Bazar y sacaron a los venteros, que desde entonces esperan a que en ese mismo lugar –de donde fueron desalojados– se construya un nuevo mercado. Por eso, la idea de la placa deportiva les cayó como una piedra.

La historia comienza en junio de 2014, cuando un operativo ordenado por la alcaldía de Aníbal Gaviria se desalojó a los 403 comerciantes que conformaban el Bazar de los Puentes. Este era un mercado popular, estrecho, que se había convertido en foco de inseguridad. La idea de la administración era combatir el expendio de drogas. Entonces, 30 personas fueron detenidas, aunque no se incautaron narcóticos.

Sin una solución inmediata, los venteros se apostaron en los bajos de la estación Prado, al sol y al agua; ahí han aguantado hasta hoy esperando a que el nuevo mercado, prometido desde la destrucción del anterior, se construya. María Eugenia es la líder de los comerciantes que fueron desalojados. Lleva ocho años, como la mayoría, bajo el viaducto. “Me tomó por sorpresa lo de la placa deportiva. O sea, si van a hacer la placa, ¿qué va a pasar con el nuevo mercado?”, se preguntó la mujer.

Desconcertada, le escribió a la gerente del Centro, Mónica Pabón. La funcionaria le respondió que no se trataba de la construcción de una placa deportiva, sino de la recuperación de un lugar que hoy está invadido por habitantes de calle e improvisados talleres de motos. Según la respuesta, la idea es intervenir la losa para evitar que el espacio se siga invadiendo y que, de una vez, quede el piso para la construcción del Mercado de las Segundas Oportunidades, donde reubicarán a los venteros.

En un comunicado expedido por la Gerencia del Centro se especifica que las nuevas losas serán demarcadas y sobre ellas se podrá jugar fútbol, baloncesto o balonmano. EL COLOMBIANO quiso ampliar la información con esa dependencia, pero desde allí se limitaron a reenviar el boletín de prensa.

¿Y el mercado para cuándo?

Recuperar el espacio es esencial para la futura construcción del Mercado de las Oportunidades. Hoy quedan algunos pedazos de baldosas del viejo mercado, azulejos que recuerdan un pasado que parece remoto. Sobre el sitio, ya baldío, se han apostado algunos talleres de motos que, con carpas, se cubren del sol; en el lado más oriental hay carpas de plástico tersado en las que se guarecen los habitantes de calle.

La pregunta de fondo es qué pasará con la construcción del nuevo mercado y cuáles son los plazos. “Tememos que lo temporal, como ese escenario deportivo, se convierta en algo definitivo”, comentó María Eugenia.

Si bien la Alcaldía ha avanzado con el proyecto, aún no están definidos los recursos para ejecutarlo. Los planos del nuevo mercado ya están listos. Incluso, en los bajos de los puentes se instalaron ocho módulos como piloto de los que tendrán en el futuro espacio. Por ahora es incierto el inicio de las obras que los venteros llevan casi tres administraciones esperando.

El problema es que, tras ocho años, ya no son los 400 que salieron del Bazar. María Eugenia calcula que hay más de 1.000 venteros. El mercado acogería a 387. Es decir, es probable que muchos continúen bajo el viaducto del metro. Y en el lugar persisten los problemas por los que fueron desalojados del viejo lugar. Basta con caminar entre los puestos para escuchar pregones tan insólitos como “cripa, perico, ruedas, rivotril”.

“Buena noticia”

Los que se han tomado bien la noticia de la recuperación del espacio son los comerciantes de la zona. Nardrelys Quintero, que administra un restaurante de la zona, sintió alivio cuando le comentaron del espacio deportivo: “Ahí se ven hasta 10 habitantes de calle. A la gente no le provoca entrar cuando ven, al frente, a los habitantes de calle tirando vicio. Esta semana, por ejemplo, uno de ellos entró y se le robó la carne a un señor que estaba almorzando”.

Lo mismo piensa Elkin Gómez, que tiene un taller al frente de la plataforma abandonada: “Cualquier cosa que hagan para mejorar, está bien. Eso es una pudrición y no se respeta nada. Un espacio deportivo está bien, pero esto solo cambiará cuando se construya el bazar, como era antes”