Antioquia

Descuido y abandono condenan a parques y gimnasios de Medellín

Un recorrido desprevenido por algunos sectores de la ciudad muestra el desamparo en el que se encuentran las zonas públicas. Urge una mano, mucho más ahora que empieza la Feria.

Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.

05 de agosto de 2022

Calles y aceras con huecos, basuras regadas, escenarios deportivos dañados, estaciones de Encicla abandonadas y una zona turística descuidada es lo que el habitante de Medellín se encuentra en su transitar desprevenido por la ciudad.

Y es que pese a la gravedad de lo visto, la mayoría de los casos –según le narraron a EL COLOMBIANO– son problemas con meses e incluso años de haberse producido. Aún así, hasta hoy no ha aparecido autoridad alguna que haya decidido apersonarse para atenderlos.

Por ejemplo, en las canchas de squash de la unidad deportiva María Luisa Calle, las humedades sin atender desde hace dos años tienen “llorando” las paredes de este espacio público, único de la ciudad y en el que entrena la Selección Antioquia de esta disciplina.

Pero ese no es el único problema que allí se presenta. Huecos en techos, problemas de iluminación y tablas deformadas que han causado lesiones a los practicantes, tienen en jaque el escenario.

De hecho, de las cuatro canchas, solo una está en “óptimas” condiciones. Y por eso allí tienen que ingresar hasta ocho jugadores por partido cuando normalmente debe haber dos.

Entrenan con piedras

Y si en las canchas de squash llueve, en el gimnasio al aire libre del Atanasio Girardot no escampa. Allí, los deportistas se quejan porque las lesiones con máquinas en mal estado son constantes y aparte no tienen un instructor para atender la demanda de 2.000 deportistas semanales.

Ante tal desidia, son estos quienes deben reparar las máquinas y cuando no tienen arreglo, les toca entrenar con piedras.

“Parque Juanes, a donde casi no va gente, lo mantienen limpio y organizado. Pero acá, que estamos a cinco calles del Inder, vea como estamos”, agregó uno de los fornidos visitantes.

Y aunque en el gimnasio de la unidad deportiva de Belén la cosa pinta diferente, no ha sido por la administración, sino porque los mismos fisicoculturistas ponen de su propio bolsillo los recursos para mantener en las mejores condiciones que pueden el espacio que desde 2017 no recibe ningún mantenimiento oficial.

“Ya el Inder ni mancuernas nos presta. Allá se están oxidando en la oficina de la unidad”, se lamentó otro deportista.

Cráteres en la 70

Y ni qué decir de lo que pasa en el Bulevar de La 70, un sitio de interés turístico que debería estar entre ceja y ceja de la administración, pero tal parece que anda al garete.

Aparte del ruido y de la invasión del espacio público, a los turistas y transeúntes les toca lidiar desde hace cuatro meses con cráteres esquineros y el mal olor que despiden. Pese a causar varios accidentes, ahí siguen creciendo día a día. “Se está generando una socavación y ya se cayó un motociclista. Hasta que no haya un muerto no arreglan eso”, dijo un vecino.

Esa es la Medellín que se encontrarán los 28.000 visitantes (el 40% vendrán de países como Estados Unidos, México, Ecuador y Argentina) en esta Feria de las Flores que inicia hoy después de dos años de restricciones por la emergencia sanitaria que dejó la pandemia.