¿No hay cómo frenar más edificios en el alto de Las Palmas?
El director de Planeación y curadores de Envigado coinciden en que la construcción del edificio Cuantum se ajusta a la norma y que incluso otros particulares que poseen terrenos allí podrían hacer lo mismo.
Una conclusión que salió de la sesión que le dedicó este martes el Concejo de Envigado a la polémica sobre el golpe visual del edificio de ocho pisos que están levantando en los predios destinados para el parque tecnológico Manantiales, en el alto de Las Palmas, y que resalta hasta distintos puntos del Valle de Aburrá, es que no hay argumentos legales para frenar la obra.
Y aún más. Si los dueños de siete predios similares que están en manos de particulares deciden construir edificaciones de la misma altura, tampoco habría cómo evitarlo. De hecho, uno de ellos ya tiene un proyecto, también de ocho niveles, que está promoviendo en su página web como hospedaje de “rentas flexibles”.
La controversia por este desarrollo urbanístico surgió debido a denuncias ciudadanas acerca de una posible intervención no autorizada sobre un lote de conservación natural en Las Palmas que estaría teniendo un impacto negativo sobre el paisaje y el medio ambiente.
Tras un artículo publicado al respecto la semana pasada en EL COLOMBIANO la discusión se avivó todavía más el fin de semana, luego de que el expresidente Álvaro Uribe Vélez le pidió al gobernador Andrés Julián Rendón que haga detener cuanto antes esa obra, pues según él se estaría desvirtuando un proyecto de un gran parque que surgió al final de sus dos gobiernos.
“Le pedimos al gobernador de Antioquia, Dr. Andrés Julián Rendón, que pare la construcción en Manantiales, Alto de las Palmas, que infortunadamente viene de antes de su gobernación. Durante mi ejercicio de gobernación ese terreno se compró para un parque, para un centro de reuniones, y no para que se lo vendan a particulares”, escribió Uribe en su cuenta de X.
La respuesta posterior de la Gerente del Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), Catalina Gómez, fue que la venta del lote del parque Manantiales se hizo hace más de diez años y, por tanto, la actual administración departamental no puede hacer nada; que los competentes para intervenir, porque son quienes definen los Planes de Ordenamiento Territorial y entregan las licencias de construcción, son los municipios, en este caso el Envigado.
A su vez, el director de Planeación de Envigado, Sergio Ríos, dijo el viernes que la licencia que ampara el proyecto Cuantum fue otorgada por el anterior alcalde, Braulio Espinosa.
EL COLOMBIANO buscó la versión de Espinosa y este prefirió no pronunciarse; sin embargo, personas cercanas a su periodo de gobierno aclararon que las licencias de construcción no las dan las alcaldías, sino las curadurías (en este caso fue el curador Segundo en 2023) y que además, antes de 2024 no se movió una palada de tierra ni se pegó un ladrillo en el predio, por tanto, tampoco hubo actividades de control al respecto.
En medio de todo también surgió el señalamiento de que el edificio en ciernes estaría siendo ofrecido por los desarrolladores para uso residencial, algo que quedó expresamente prohibido dentro de los lineamientos del proyecto.
Estos terrenos hacían parte hasta 2009 de la reserva Nare y el mayor cambio en el uso del suelo ocurrió entre 2009 y 2010, siendo Uribe el presidente de Colombia, Luis Alfredo Ramos, gobernador de Antioquia, y Álvaro Vásquez, gerente del Idea. Entonces, el Ministerio del Medio Ambiente expidió una resolución excluyendo de la zona de protección un polígono cercano a las 31 hectáreas para hacer un parque, pero un parque tecnológico, que estaba concebido no propiamente como un espacio público para la conservación y disfrute de la naturaleza sino como un complejo para que se asentaran allí empresas, atrayendo inversión nacional y extranjera, y generando empleo.
Esa norma fue incorporada al POT local y con base en ambos, en 2011, el curador Primero de esa época otorgó la licencia de urbanismo conservando la prohibición para el uso residencial y la limitante de los ocho pisos. Igualmente, plantea que cada nivel debe tener una altura de entre 2,30 y 3,50 metros. Pero si el desarrollador lo estima conveniente puede tramitar para que el Municipio le permita llegar a los 4,50 metros, un detalle que ahora resulta relevante.
“Todo en orden”
Este martes 4 de noviembre en la sesión del Concejo, las curadoras Primera y Segunda de Envigado, Adriana Montoya y Adriana Tamayo, trajeron a colación esta historia y defendieron que la licencia —vigente hasta el 1 de agosto de 2026— por la cual se yergue hoy la estructura de Cuantum cumple con las anteriores condiciones y por tanto no da pie para que se ordene pararla y mucho menos demoler lo que ya está, un concepto avalado por Ríos.
El funcionario aseveró que en la presente administración revisaron la documentación y hallaron todo en orden, además, sus profesionales han hecho cinco visitas y encontraron que cumplen con la altura permitida y que se están siguiendo los parámetros aprobados en la licencia.
“No puedo extralimitarme. Así tenga una visión sobre ese proyecto, tengo que remitirme a los reglamentado y lo que está en el expediente sobre esa licencia de construcción”, apuntó.
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Por otra parte, indicó que tampoco le compete al Municipio determinar si las firmas que están desarrollando Cuantum —Entremontañas y Umbral Propiedad Raíz— incurren en publicidad engañosa. Esto debido a que hasta antes de que estallara el escándalo, tenían varias piezas publicitarias en las que dejaban la sensación de un uso residencial, aunque en los documentos que sustentaron la petición de licencia mencionan 84 oficinas y un uso de “comercio y servicios”.
“Le pediremos a la Superindustria que se pronuncie al respecto”, dijo.
En la sesión del Concejo, Ríos leyó una comunicación en la cual Entremontañas y Umbral Propiedad Raíz disertan acerca de los efectos de la pandemia del covid-19 en el mundo laboral, por lo cual se dejó atrás el modelo de oficina tradicional y en cambio el mercado actual exige espacios que combinen condiciones de trabajo y descanso.
Otras fuentes consultadas que pidieron reserva de identidad, consideran en cambio que la ampliación de la altura a 4,5 metros para tener un mezzanine donde pueda ir un dormitorio se ajusta más al concepto de los apartamentos dúplex, cuando la idea original era que fuera para guardar maquinaria o equipos.
El concejal Carlos Manuel Uribe (Centro Democrático) sugirió que se conforme una mesa técnica con los constructores, y ya que el edificio parece no tener reversa, se pacte con ellos una fachada armónica con el ambiente y que incluso Cuantum se convierta en un ícono metropolitano.
No obstante, Ríos dejó claro que tendría que ser una concertación porque no hay mecanismos para obligarlos.
Y más de fondo, el corporado sugirió que lo acontecido se tome como lección para discutir el POT que está en ciernes, aunque de nuevo la limitante es que quienes ya adquirieron terrenos en Manantiales se rigen por la norma previa.
Según constató EL COLOMBIANO, el Idea ha vendido en total ocho terrenos cuyos propietarios actuales son EPM, Inversiones A&T Umbría SAS (dos predios), Leasing Bancolombia, Línea Directa SA, la fiduciaria Credicorp Capital y la Organización Edyfica.
Esta última es la que está publicitando para que se unan clientes a un proyecto de rentas flexibles y muestra el gráfico de un edificio de ocho pisos.
Lo que parece que se aleja más es el parque tecnológico, pues la figura que estaba creada para promoverlo se liquidó en 2014, durante la administración de Sergio Fajardo.
Una fuente de la Gobernación aseguró que, por lo pronto, la administración de Andrés Julián Rendón (de la que depende el Idea, dueño del megaterreno) no considera salir de más predios, pero no es seguro que los mandatarios que le sucedan sigan el mismo camino.
Área de alto valor en Las Palmas
El edifico Cuantum está en una de las zonas de mayor valorización entre Envigado, Medellín y El Retiro, muy cerca del aeropuerto José María Córdova. Cerca hay también puntos de referencia acreditados como el colegio Columbus School y el mall Indiana.
En 1971, el lote fue incluido en la reserva del Nare, una zona forestal de protección de 118,2 km.
En la década de 1990 se planteó un plan para levantar allí un complejo que potenciara el desarrollo del Oriente antioqueño y en 1997 se hizo un concurso para el diseño de un centro internacional de convenciones que no se concretó. Luego se proyectó el parque tecnológico que tampoco fructificó.