Antioquia

El braille, en el menú de restaurantes en Medellín

La carta de comidas con lenguaje para ciegos no debe ser opción sino obligación, según organizaciones.

Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.

10 de octubre de 2018

¿Cuántos restaurantes en Medellín tienen cartas en braille para personas invidentes? Una pregunta sin respuesta, pues Colombia no cuenta con legislación sobre este tema, por lo que el control es inexistente. Las iniciativas que existen son producto de la voluntad de los establecimientos y en la ciudad hay algunos ejemplos. El Salón Versalles, tradicional en el Centro, implementó este tipo de accesibilidad desde el mes pasado.

Todo surgió como un proyecto conjunto entre la Corporación Región y el colectivo Fuerza Incluyente, que recorrieron varios negocios y encontraron en el restaurante ubicado en Junín un lugar con las puertas abiertas —referente de la ciudad— para recibir el menú completo traducido al lenguaje para ciegos.

La carta tiene en relieve con los puntos que identifican al braille y los meseros están instruidos para entregarla cuando llega un usuario que la requiere. Sobre cada plato se encuentra la fotografía para que el personal identifique la elección del consumidor.

“Creo que los restaurantes tenemos que ser conscientes de esta realidad. El objetivo es que cada persona tenga la facilidad de valerse por sí mismo”, expresó Pedro Juan Restrepo, gerente del Salón Versalles.

Corporación Región trabaja desde el 2000 con la bandera de “el derecho a la ciudad”, que dentro de las estrategias promueve una ciudad sin barreras y limitaciones para todos los grupos poblacionales.

Amparo Sánchez, una de las coordinadoras de esta organización, comentó que con la entrega de la carta al restaurante, el pasado 18 de septiembre, se logró dar autonomía a los invidentes, una deuda pendiente en el comercio gastronómico. “Son los entornos los que están discapacitados, porque si estos tienen las condiciones, la discapacidad desaparece”, aseveró.

La carta tuvo eco

Salón Versalles no es el primer restaurante en Medellín que implementó un menú en braille, otros comercios como Orale en Laureles o Fiona en El Poblado, también ofrecen este servicio. En Bogotá varios locales que aparecen en guías de internet tienen esta opción para sus clientes.

No obstante, la carta en el restaurante en Junín está teniendo eco porque la estrategia fue compartida por su gerente al Tour Gastronómico, un gremio local que agrupa cerca de 200 negocios relacionados con la comida y proveedores de alimentos.

“Los dueños de los establecimientos que hacen parte de este grupo se han interesado por implementarlo en la ciudad”, anotó Sánchez.

Aunque el menú solo lo recibió el Salón Versalles, y desde la Corporación Región no han considerado seguir facilitando a más restaurantes las cartas de comida con este lenguaje, Restrepo opina que el impacto será positivo y se aplicará en otros negocios pues el gremio reconoce la carencia que existía con las personas invidentes.

“Siempre estamos abiertos a la población vulnerable. Tenemos señalización, ayudas en los baños, acceso a personas con movilidad reducida, pero siempre se puede mejorar en la accesibilidad”, manifestó.

Para Jhon Jairo Toro, cliente habitual del restaurante, con la carta en braille las personas invidentes ya no necesitarán guía, ni que nadie les dicte las opciones, sino que serán ellos mismos quienes puedan tomarse su tiempo y elegir sus platos preferidos.

“Lo que genera esto es que las personas frecuenten este tipo de sitios, porque encuentran lugares donde se sienten incluidos”, dijo.

“Es cuestión de voluntad”

Berny Bluman, director de Colombia Accesible, expresó que no solo el braille sino otras adecuaciones para personas en situación de discapacidad se han tardado en implementar en el país. Entre más tiempo pase, señaló, será más difícil desatrasarse.

En su concepto, las cartas con este lenguaje no deberían ser una opción y, agregó, que no hay diferencia en costos con impresiones regulares por lo cual solo es cuestión de que exista voluntad en los dueños de restaurantes para hacerlo.

“Ojalá que de surgir legislación al respecto también se cree un soporte para hacerla cumplir, porque muchas normas referentes a la accesibilidad quedan muy bien escritas pero no se sanciona su incumplimiento”, dijo Bluman.

Juniniar y parar en el Salón Versalles —una tradición en la capital antioqueña— y poder rozar con los dedos el papel del menú, detenerse en unas empanadas argentinas, un menú del día o una taza de café, es una realidad para los invidentes, que esperan tener más espacios en la ciudad con las condiciones para ellos, porque si bien perdieron la vista, con sus otros cuatro sentidos deberían poder deleitarse sin problemas en Medellín.