Con machete en mano, comunidad se negó a evacuar tras alud en Bello
Periodista de la Universidad de Antioquia con énfasis en periodismo narrativo. En El Colombiano cubro deportes. He sido enviado especial a partidos de la Selección Colombia en Barranquilla. También a eventos de ciclismo como el Clásico RCN, Tour Colombia, Giro de Rigo, partidos de tenis, carreras de atletismo, natación, gimnasia, tiro con arco. He cubierto 7 finales del fútbol colombiano (6 in situ) y el Mundial de Qatar. Sigo la actualidad del DIM, Nacional y deportes del ciclo olímpico. Hago perfiles de deportistas. Presentador de El Debutante y realizador para redes sociales. Tuve un paso por el equipo digital: escribí breaking news.Trabajé en el programa Ángulo Deportivo de la emisora cultural de la UdeA. Escribí para La Oreja Roja y La Cola de Rata sobre migración, política internacional, economía y deportes. Fui voluntario de la Revista Arcadia en 2018. Produje y edité un podcast en serie llamado Duplas. Lector, salsómano y amante de sufrir en bici.
En medio de amenazas con machetes e improperios, varios integrantes del equipo técnico de la Secretaría de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres de Bello fueron expulsados por la vecindad en una cuadra de la vereda Hato Viejo.
El caso ocurrió en la tarde de este martes 7 de septiembre, cuando los servidores públicos estaban inspeccionando los daños que produjo un deslizamiento de tierra en tres viviendas del sector Patio Bonito, construidas en mampostería y materiales no convencionales.
Wber Zapata, director de Gestión del Riesgo de la localidad, le contó a EL COLOMBIANO que, luego de la evaluación del terreno, los funcionarios constataron que una de las estructuras sufrió pérdida total y las otras daños parciales.
“Debido a las lluvias e inestabilidad del terreno, se convirtió en zona de alto riesgo y se recomendó la evacuación preventiva a los residentes de esas casas. En ese momento se produjo el disgusto y algunos habitantes sacaron machetes y dijeron que ellos no iban a desalojar”, indicó el directivo.
La situación subió de tono con insultos e intimidaciones, por lo que los técnicos no tuvieron más remedio que irse. “Entendemos que para la comunidad es una situación difícil, que para muchos estos ranchos son lo único que tienen, pero nosotros solo tratamos de salvar vidas y que la gente pueda tomar una acción preventiva antes de una tragedia”, añadió Zapata, concluyendo que esta vez “nos trataron con mala fe”.