Antioquia

Caso del “Descuartizador del barrio Boston” podría dar un giro

Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.

24 de febrero de 2016

Siete años después de su muerte en extrañas circunstancias, las autoridades exhumaron los restos de las adolescentes Lorena Giraldo Correa y Katerine Cano Patiño, para esclarecer de una vez por todas la verdad detrás de uno de los casos más enigmáticos de la última década en Medellín.

La diligencia se realizó el lunes en el cementerio San Pedro, en presencia del CTI, delegados de Fiscalía y Personería, miembros de ONG, amigos y familiares de las difuntas.

Los despojos serán trasladados a laboratorios de Medicina Legal en Bogotá, donde hay equipos más avanzados para su análisis. “Nos dijeron que será la última prueba que les van a hacer. Tenemos fe en que se compruebe que fue un asesinato, porque ya nos habían dicho que no murieron por sobredosis”, contó Yaqueline Patiño, madre de Katerine.

Los hechos datan del 01/3/09, cuando las jóvenes fueron a una fiesta en casa de Sergio Hurtado Arango, un estudiante de Sistemas residente en el barrio Boston. Esa noche no regresaron, por lo que sus familias comenzaron a buscarlas y al consultar al propio Hurtado, este les dijo que desconocía su paradero. Sin embargo, tres días después el olor a muerte, proveniente de su vivienda, alertó a los vecinos y llamaron a la Policía.

Mientras Hurtado escapaba, el 4 de marzo del mismo año, las autoridades descubrieron que había descuartizado a Lorena y Katerine, que introdujo los restos en una caneca y la rellenó con cal y cemento, buscando ocultar las evidencias. El deterioro que eso generó en los tejidos ocasionó que ni la Fiscalía ni Medicina Legal hayan podido comprobar la causa exacta de la muerte de las adolescentes ni esclarecer las especulaciones sobre si hubo un doble homicidio o sobredosis de droga.

En consecuencia, Hurtado fue judicializado por el cargo de ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio. Aceptó esa acusación y confesó en el estrado que las desmembró, pero que no las mató, por lo que el Tribunal Superior de Medellín lo sentenció a 3 años y 10 meses. Como el Código Penal solo contempla encarcelamiento para penas superiores a cuatro años, el confeso “Descuartizador de Boston” quedó libre.

Elsy Correa, madre de Lorena, dijo que sintió “mucha rabia cuando vi sacar los restos de mi hija en una bolsita. Ya son siete años sin justicia”.