Familiares de presos protestaron en El Pedregal por mala alimentación
La situación, según defensores de los privados de la libertad, afecta a más de 3.400 reclusos.
Periodista y politólogo en formación. Aprendo a escribir y, a veces, hablo sobre política.
No cesan los reproches al servicio de alimentación para los reclusos de la cárcel de El Pedregal. Esta tarde, varias familias hicieron presencia en las afueras del complejo y pidieron solucionar, de una vez por todas, los males que han llevado a intoxicaciones frecuentes en el lugar.
Mediante carteles, estos apelaron al Gobierno Nacional para que este le ponga lupa a una situación que, según sus relatos, se ha tornado neurálgica. “Salud, salubridad de espacios, alimentación y hacinamiento”, en esos frentes pidieron soluciones los familiares de los privados de la libertad.
“Todo sigue igual, sino peor. La comida continúa llegando en estado de descomposición. Pedimos que convoquen a un debate de control carcelario en la ciudad, por la incompetencia de entidades como el Inpec”, aseveró Jorge Carmona, defensor de los privados de la libertad y asistente al plantón.
Este, en medio de arengas y ruido, agregó que lo único que piden es respeto y respuestas sobre lo que sucede. “También que hay avances en la construcción de la cárcel para sindicados en Medellín, pues, después de más de una década, las soluciones a la crisis carcelaria no aparecen”.
El relato de Carmona fue confirmado por Frank Vásquez, quien pagó una pena en El Pedregal hasta diciembre pasado. En medio del plantón, este indicó que vivió en carne propia la crisis que se vive en el complejo. “Soy testigo de los tratos crueles e inhumanos que se presentan al interior de la cárcel. Me duele. Allí quedaron amigos, quienes siguen padeciendo esa situación”.
Para el hombre, la contratación inoportuna de entidades como la Uspec ha degenerado en afectaciones directas para los reclusos, “como aguantar hambre” y “recibir productos de mala calidad”. La intoxicación de 600 reclusas hace más de un mes, que implicó el cierre de la cocina de la cárcel por parte de la Secretaría de Salud, demuestra esa situación, según Vásquez.
Debido a esta situación, el despacho emitió un ultimátum de 15 días —el cual se cumple esta semana— para garantizar las condiciones del servicio de alimentación. Aunque este diario ha tratado de conversar con la Uspec para conocer su postura sobre las quejas respecto al servicio de alimentación, ello no ha sido posible.