Antioquia

Habitante de calle, un asunto más visible: Aníbal Gaviria

Periodista de la Universidad de la Sabana. Experto en temas de movilidad, transporte, infraestructura, desarrollo sostenible y gobierno. No hay historia pequeña.

01 de noviembre de 2015

Uno de los costos políticos más altos en la gestión del alcalde, Aníbal Gaviria, lo constituye el habitante de calle.

El propio gobernante lo admite, pero defiende que puso el tema en primer plano al atacar 46 ollas de vicio.

Opina que salieron del infierno, donde estaban enterrados en vida, entre 700 a 800 que no se veían en la calle.

Un censo de 2009 señaló un total de 3.386 habitantes de calle y uno nuevo realizado en la actual administración arrojó un total de 3.250, es decir 133 menos.

El punto de vista del Alcalde es que hay que diferenciar entre la realidad y la percepción, al argumentar que hay que distinguir entre el habitante de calle propiamente dicho y el habitante en situación de calle, que al final del día regresa a un sitio residencial (inquilinato o casa).

Sostiene que se ha trazado una ruta histórica y se han definido programas concretos de atención para estas personas, además de otros de resocialización para insertarlos en la vida de la ciudad.

Destaca que cerca de 600 que se movían por el corredor del río fueron conducidos por la Alcaldía a instituciones de rehabilitación como el Hospital Mental, Carisma y otras de la Arquidiócesis de Medellín que tratan a personas con adicciones.

“Están en un programa de desintoxicación y luego de inserción laboral”, dice.

Según lo ha señalado el secretario de Inclusión, Héctor Fabián Betancur, entre los más de 3.000 habitantes de calle, 2.700 acceden voluntariamente a los servicios del programa que para su atención lidera esa dependencia.

Y que dentro de los pendientes en la estrategia de habitantes de calle, está la recuperación de otras 300 personas de la Avenida de Greiff con adicción a las drogas, el 80 por ciento habitantes de calle. En total, reportan las autoridades, han intervenido a 606 habitantes, pero no ha habido capacidad para recibirlos a todos.

La reciente aprobación de la política pública para habitantes de calle por parte del Concejo de Medellín divide opiniones, pero significa un paso adelante en una posible solución. Concejales críticos de la administración municipal la ven como utópica e insuficiente.

La atención, según quedó definido, arranca por la desintoxicación para luego pasar a la resocialización.