Desigualdad y acceso a la educación superior, los retos pendientes de Medellín
Según Informe de Calidad de Vida, Medellín disminuyó la pobreza y mejoró competitividad. Estos son sus retos.
Redactor del Área Metro. Interesado en problemáticas sociales y transformaciones urbanas. Estudié derecho pero mi pasión es contar historias.
La capital antioqueña obtuvo puntos altos y bajos en la evolución de los indicadores que midió el Informe de Calidad de Vida de Medellín en 2017. En comparación con 2016, la ciudad registró aumento del ingreso per cápita (1,9 %), disminución de la pobreza (0,4 %), incremento de la clase media (1,2 %) y alza en el porcentaje de inversión pública sobre el total de gastos del municipio (5,8 %).
Pese a las mejoras, el municipio tuvo poco avance en otros ítems como la desigualdad (indicador de Gini no varió y siguió en 0,52) y la reducción de las brechas socioeconómicas entre comunas, que se mantuvieron estables.
Otro aspecto en el que no se progresó fue en la tasa de homicidios que aumentó en relación a 2016, al pasar de 21,5 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, a 23,2 por cada 100.000 habitantes.
La otra dimensión preocupante es el acceso a la educación superior. Mientras que 18 % de los jóvenes entre los 18 y 24 años no está estudiando y tampoco terminó el colegio, solo el 43,9 % de los bachilleres llega a la universidad.
ODS a 2030
Una de las novedades del informe de 2017 es que fueron incluidas las metas de la agenda internacional, nacional y local de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al año 2030, un plan global que busca mejorar los indicadores de pobreza, salud, educación, igualdad de género, trabajo, infraestructura, cambio climático y justicia, entre otros.
Estos propósitos fueron asumidos por el país en marzo pasado con su inclusión en el documento 3918, suscrito por el Consejo Nacional de Política Económica y Social.
Piedad Patricia Restrepo, directora de Medellín Cómo Vamos, explicó que la incorporación de estas metas a las mediciones del informe permitirá saber qué tanto avanza la ciudad en su cumplimiento en los próximos 12 años.
“No solo es el compromiso de esta alcaldía, sino que involucrará a las administraciones venideras. Es un compromiso de la ciudad, aportando desde la corresponsabilidad de cada una de las instituciones”, dijo.
El mayor reto: desigualdad
Medellín sigue siendo una ciudad altamente desigual con un coeficiente de Gini de 0,52 (muy desigual: 0 corresponde a la mayor igualdad y 1 a la máxima desigualdad), por encima del actual indicador de Colombia (0,50) y de la meta nacional para 2030 (0,48).
Restrepo explicó que el coeficiente no varió en la ciudad entre 2016 y 2017 y que la desigualdad es notoria en aspectos sociales como la acumulación de capital humano, es decir, las capacidades que tienen las personas para acceder al mercado laboral.
“En relación con otras ciudades, la brecha de Medellín es la más alta, en cuanto al nivel de formación que alcanza un joven de nivel de ingresos más altos, en comparación con el de ingresos más bajo”, detalló Restrepo.
Federico Gutiérrez Zuluaga, alcalde de Medellín, reconoció que la realidad social en algunas comunas de la ciudad es compleja y que por ello la inversión pública se ha enfocado en los barrios que más lo requieren, para seguir reduciendo la pobreza.
Una de las recomendaciones del informe es profundizar la inversión pública en los territorios de menor Índice Multidimensional de Calidad de Vida, con énfasis en la promoción del mejoramiento de condiciones de salud, educación y capacitación para el trabajo. Otra acción a implementar es el aumento de la inversión en los corregimientos, porque en los dos últimos años el monto fue menor al promedio de la zona urbana.
Acceso a la universidad
Otro aspecto problemático es el acceso a la educación superior. Restrepo señaló, citando el informe, que la tasa de asistencia para jóvenes de 18 a 24 años ha estado estancada en los últimos años.
“Aproximadamente 36 de cada 100 jóvenes pueden acceder a la educación superior. Es un desafío enorme, máxime cuando se analiza por territorios. En El Poblado el acceso es muy alto, arriba del 80 %; mientras que en otras comunas ni siquiera llega al 30 %. El desafío es llegar a esos territorios”, dijo.
La directiva acotó que la Administración Municipal debe plantear estrategias para intervenir otro segmento poblacional crítico: 18 % de los jóvenes no está estudiando ni logró terminar el bachillerato. “Hay que llegarles con oportunidades para que, mínimo, culminen el bachillerato y, después, se pueda pensar en ampliar las oportunidades en educación superior”, anotó.
El alcalde Gutiérrez reconoció que no solo se debe avanzar en cobertura, sino en la pertinencia de la oferta de educación superior, en alianza con el sector productivo.
Aseguró el mandatario que la brecha entre comunas en este aspecto debe seguir disminuyendo y que la meta de su gobierno es subir la tasa de acceso a la educación superior en la ciudad al 50 % y llevar el indicador de las zonas con menor tasa al promedio del resto de las comunas.
Aumenta la clase media
El informe destacó la evolución de la participación de las clases sociales, entre 2016 y 2017. Según los cálculos de Medellín Cómo Vamos y la metodología del Banco Mundial, la población pobre bajó 0,5 %, la vulnerable 2,9 %; mientras que la clase media y la alta se incrementaron en 1,2 % y en 2,3 %, respectivamente.
El alza fue más grande en el Valle de Aburrá, donde se pasó de 62,5 % en 2016 a 67,3 en 2017. Después del área metropolitana de Bucaramanga, el Aburrá fue la zona del país en la que más creció la clase media en el último año.
Sergio Ignacio Soto, director de la seccional Antioquia de Fenalco, dijo que el crecimiento de la clase media es positivo, porque es sinónimo de mejor ingreso per cápita, mejores indicadores de calidad de vida, satisfacción de necesidades básicas, además de más empleos formales.
Movilidad y medioambiente
En 2017, la afluencia al sistema masivo de transporte (metro, cables, y tranvía), en los días laborales, continuó su ascenso progresivo desde 2012. Hace cinco años la afluencia era de 589.880 usuarios; en 2017 subió a 1.070.833, quedando muy cerca de cumplir el objetivo de los ODS que es de 1.115.738 personas movilizadas.
Los retos en este ítem son el aumento de los carriles preferenciales para los buses públicos, acelerar la construcción de las ciclorrutas, continuar la expansión del sistema masivo e intensificar medidas de gestión de la demanda, más allá del pico y placa.
La modernización del transporte público colectivo (buses y busetas) supone otro desafío, porque cada vez menos personas usan este servicio público, según Restrepo.
En medioambiente los esfuerzos deben centrarse en la reducción del promedio anual de material particulado PM10 y PM2,5. Una de las medidas propuestas es acelerar el tránsito hacia combustibles limpios en los medios de transporte público.
Para Daniel Carvalho, urbanista y concejal de Medellín, los aspectos para mejorar en lo ambiental no solo son la calidad del aire, sino la gestión de los residuos sólidos y la protección de las fuentes hídricas. En cuanto a la movilidad, dijo que es prioritario el mejoramiento de la infraestructura para peatones y ciclistas; así como la promoción de la cultura vial.