Inventos en Medellín que sirven para superar retos en salud
Los procesos de creación hacen parte del enfoque de Internet de las cosas, que lidera Ruta N en Medellín
La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la Universidad de Medellín.
La premisa es clara en la Medellín innovadora y centro de la cuarta revolución industrial: dar a luz inventos que sirvan a la gente. En ese propósito, el programa público que fomenta el ímpetu creador y emprendedor, Ruta N, viene consolidando un ecosistema de ciencia y tecnología con incidencia de la universidad y la participación del sector privado, y ya muestra resultados.
En salud, uno de los temas que más reflejan la inequidad en Colombia, la corporación avanza en el programa de telesalud, enfocado en poblaciones fuera del Valle de Aburrá, y el cual, hasta agosto pasado, beneficiaba a 85.000 personas en Antioquia.
“La innovación es exitosa cuando se llevan soluciones distintas a un problema que hay en la sociedad”, dijo Leonor Hidalgo, gerente de Investigación y Desarrollo de Ruta N, en agosto pasado.
Con los avances en telesalud, apoyados por las universidades de Antioquia y la Pontificia Bolivariana, así como Canal U, Secretaría de Salud y Cruz Roja, se busca acercar la atención médica a personas que viven en lugares lejanos o que tienen dificultades para movilizarse, por medio de consultas en video llamadas desde un teléfono celular o computador.
Según Alejandro Franco, gerente de Ruta N, en esto consiste el modelo de Internet de las cosas, uno de los enfoques de Medellín como centro de la cuarta revolución internacional, y en el que se enmarcan otras iniciativas como cuatro patentes de inventos de dispositivos de biomedicina, creadas en Medellín y que, incluso, despertaron interés de potencias mundiales.
Ciencia para la gente
Más que un inventor, Alejandro Vargas sueña ser agente de una medicina incluyente. Acercar la ciencia al campo, a zonas alejadas en las que el acceso a los servicios de salud es casi inexistente. Así, desde hace poco más de cinco años se dio a la tarea de investigar y creó cuatro dispositivos que ayudan a prevenir enfermedades y salvan vidas: camilla plegable con sensores, detector de glaucoma en adultos, brazalete para gestantes, y agujas, sondas y catéteres para transferencia de fluidos elaborado en nanomaterial.
En la materialización de los inventos de este médico epidemiológico antioqueño jugó un papel preponderante la Corporación Universitaria Salazar y Herrera, que puso laboratorios y estudiantes al servicio de las investigaciones.
“En ese camino nos encontramos con Ruta N, que ofreció una convocatoria para la innovación y derechos de propiedad intelectual. Presentamos los cuatro proyectos y fueron beneficiados, recibiendo apoyo económico para patentarlos”, comentó.
Vargas, que se volvió un estudioso de la importancia de los dispositivos biomédicos como medio de prevención de enfermedades y muertes, subrayó que en el mundo se consumen al año 343.000 millones de dólares en estos elementos, y el 43 % del mercado lo moviliza EE.UU.
“Este es un mercado grande, como el de los medicamentos, y si no hay una patente no se pueden comercializar, y Colombia no es un país que diseñe muchos dispositivos biomédicos. Algunas universidades avanzan, pero llegar a la patente o a un avance tecnológico con prototipos no es tan fácil”, apuntó.
Para este profesional, quien también es docente y apasionado de la investigación, Medellín recorre un camino certero en innovación y el apoyo de las autoridades ha sido fundamental para lograr desarrollos que aporten al ciudadano de a pie.
“Trabajar con comunidades campesinas me abrió la mente y el corazón. Como médico lo he hecho por años, sobre todo con las que están más de dispersas, en zonas rurales. Me di cuenta que allí la tecnología biomédica es un equipo para tomar la presión arterial, un fonendoscopio y un termómetro”, apuntó.
Vargas y otros inventores de proyectos de salud son héroes para campesinos de Peque o Sonsón, que están distantes a a 5 horas de los cascos urbanos y a quienes, por ejemplo, un cardiólogo los diagnostica en teleconferencia con el médico general del centro de salud o una máquina los llama a recordarles a qué horas se deben tomar el medicamento recetado .