¿Jugadita para dar a dedo contrato de $25.000 millones en Segovia?
Alcaldía saliente y Junta del Hospital habrían maniobrado para direccionar millonario contrato.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.
Segovia, municipio minero del Nordeste antioqueño, se volvió noticia nacional por cuenta del escándalo sobre las presuntas irregularidades en un contrato de más de $25.000 millones y en el que la junta directiva del Hospital se habría prestado para una “jugadita” del tamaño de una catedral.
Según la información disponible en el Secop, el saliente alcalde Didier Osorio dentro de su Plan de Desarrollo había proyectado la reposición de la infraestructura física del hospital San Juan de Dios, que es de primer nivel y que desde 2014 opera en el predio conocido como La Salada que tiene 80 años y que con sus 10 consultorios y 13 camas de hospitalización no es apto para atender bien a los 41.041 habitantes de Segovia, según la Alcaldía.
Pese a la promesa de campaña, apenas para junio de 2023 comenzó una operación relámpago desde la Alcaldía para finiquitar el contrato por $20.000 millones —salidos de un empréstito aprobado por el Concejo con el Idea en diciembre de 2022— para la contratación de las obras. La operación apuntaría a que la alcaldía, pese al monto, otorgara el contrato de forma directa.
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Para el 27 de junio fueron expedidos estudios y documentos previos para justificar un contrato interadministrativo, así como un estudio del sector para hacer la contratación directa. Estos fueron firmados por el secretario de Infraestructura Juan David Patiño Ospina. Ese mismo día, el alcalde Osorio expidió la resolución 0992 “por la cual se justifica una contratación directa con la Empresa de Desarrollo Urbano de La Ceja Emduce mediante la celebración de contrato interadministrativo”.
Emduce es una de las contratistas consentidas de Segovia, al menos en la última administración. Sin embargo, el contrato de $20.000 millones sería inédito en la relación Segovia-Emduce.
En uno de los apartes de la resolución aparece que “a pesar de la modalidad de contratación directa debido a la naturaleza pública de la entidad contratista, la selección de esta debe obedecer a criterios objetivos y debe estar ajustada a los principios de la función administrativa. Por lo anterior es importante dejar en evidencia la idoneidad y ventajas competitivas de contratar con Emduce”.
Lo curioso es que un día después de la resolución, o sea el 28 de junio, la gerente de Emduce, Liliana Escobar, apenas le envió al secretario Patiño su propuesta para el contrato para construir el hospital. En la propuesta se lee que Emduce se encargara de estructurar y adelantar los procesos de selección de los contratistas e interventoría. “El proceso de selección de los oferentes se realiza tomando como base los valores unitarios de referencia del mercado suministrados por la dependencia contratante”.
Es decir, que Emduce elegiría a sus contratistas con base en una lista que la misma alcaldía le daría.
Ese mismo día, el alcalde Osorio firmó con Escobar el contrato interadministrativo SISP-CAD-023-2023 por $20.000 millones, para “estructurar y adelantar los procesos de selección de los contratistas e interventoría que permitan el desarrollo del contrato”, con un plazo de ejecución de dos años. Otra curiosidad que arrojan los documentos públicos es que ese mismo 28 de junio Osorio, Escobar y Patiño firmaron el acta de inicio del contrato.
Una de las explicaciones de la premura por las firmas es que luego de la medianoche de ese día regía la Ley de Garantías que congeló la contratación pública durante elecciones.
Sin embargo, a los tres funcionarios se les habría pasado por alto algo importantísimo y es que para la ejecución de obras hospitalarias se debe contar con el visto bueno del Ministerio de Salud y de la Secretaría de Salud Departamental, permisos que en Segovia no se tenían, según denunció la emisora La W.
De hecho, los avales fueron conseguidos a finales de agosto, según anunció Osorio. Aún así, casi cuatro meses después, el 7 de diciembre pasado no había avance de las obras. Es más, ese mismo día —con el gobernador Aníbal Gaviria— se hizo la “instalación del primer ladrillo” del hospital.
“Ya hicimos todos los trámites preliminares y la viabilización y hoy ponemos en funcionamiento la construcción del hospital”, dijo Osorio ese día.
Sin embargo, la alegría duró poco, pues el 27 de diciembre de 2023 se tuvo que firmar una especie de suspensión del contrato toda vez que la Secretaría de Salud de Antioquia puso a inicios de mes $5.600 millones para la reconstrucción, hecho que hizo necesario suscribir un nuevo convenio en donde también participará la ESE Hospital San Juan de Dios como ejecutora del proyecto, algo que no estaría planteado en el contrato inicial.
Y ahí viene la “jugadita”, pues la Secretaría de Salud de Antioquia advirtió que a cinco días de finalizar la administración de Osorio la junta directiva del Hospital de Segovia hizo una escandalosa modificación a su manual de contratación directa, pues este pasó a considerar como de “menor cuantía” —y por ende puede darlos a dedo— los contratos que oscilen entre 250 salarios mensuales y 25.000 salarios mensuales, que casualmente es la cifra que coincide con los más de $25.000 millones para hacer el hospital.
En otro documento del Hospital se indicó que el 28 de diciembre se abrió una convocatoria cerrada con tres proponentes para efectuar las obras. Para el 29 de diciembre estos ya habían aceptado participar.
Tras la polémica, el nuevo alcalde Edwin Castañeda Vahos se mostró sorprendido y ordenó la suspensión del contrato. “Solicitamos al gerente información sobre lo planteado para la realización del contrato. Al no tener respuesta, pedimos suspender la contratación, hecho que quedó en firme el 13 de enero con la resolución 020 del hospital. Envié una comunicación como presidente de la Junta pidiendo parar el proceso hasta que se llene el vacío jurídico que hay”, dijo Castañeda.
El alcalde dijo que con estas acciones se puede garantizar la contratación de forma transparente. Por ahora, el interrogante es qué va a pasar con la plata que desde el 28 de junio, según el compromiso 894, se le entregó a Emduce. EL COLOMBIANO contactó a la actual gerente de la entidad para conocer el destino del dinero, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.