Antioquia

Chapecoenses amanecieron en el estadio esperando los cadáveres

Un habitante de la ciudad brasileña cuenta cómo han pasado allí los días de la tragedia.

Periodista egresado de UPB con especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante, poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos. Especialidad, crónicas.

03 de diciembre de 2016

Apostados en el estadio de su equipo amado, los ciudadanos de Chapecó esperaban tristes el arribo de los féretros con los cadáveres de sus ídolos. Allí la Navidad, tan tradicional, es hoy la temporada más sombría.

Así lo relató a EL COLOMBIANO Alejandro Arribas, un argentino que llegó hace veinte años a esta pequeña ciudad del Sur de Brasil, sin la intención de quedarse, pero que al final, ante la calidez de la gente, terminó enamorándose de una brasileña con la que se casó y formó un hogar del cual ya hay un hijo.

Alejandro narró que más de la mitad de los 200 mil habitantes se volcó al estadio a la velación de los cadáveres de la familia del club Chapecoense.

“El estadio ya está lleno, totalmente, pero en las afueras y alrededores hay más de 120 mil personas, hay muchos controles policiales porque han anunciado la presencia del presidente (Michel Temer) y otros jefes de Estado”.

Alejandro, que se siente tan chapecoense como cualquier hijo nacido en esa ciudad, la mayor productora
de carne de cerdo de Brasil
y la segunda en pollos, relató que para todos este ha sido el golpe más duro recibido en sus vidas.

“Mira, la gente acá es de una calidez humana, tan noble, que no se merecía esto, es una tristeza muy dura la que tenemos, yo también la comparto y a ratos es muy duro”.

En estos cinco días que han corrido desde que ocurrió la tragedia del avión de Lamia, el estadio todo el tiempo se ha visto invadido de gente, no solo aficionados al fútbol sino de todos los ciudadanos.

“Es que esta ciudad es pequeña, acá no juegan Neymar o Lionel Messi, son muchachos que comparten todo el tiempo con la gente, los vemos en las calles, los restaurantes, son tan cercanos que a pesar de estar en una final de Copa, siguen siendo humildes”.

Según su descripción, en todas las casas hay exhibidas banderas con cintas negras. Se han hecho misas en la catedral y a cada instante salen marchas. Anoche, mientras la gente hacía vigilia en el estadio, oraban, cantaban y en la pantalla gigante se pasaban las imágenes con los nombres de todas las víctimas.

“No hay palabras para describir esta tristeza Gustavo, y el homenaje que nos hicieron Medellín y el Atlético Nacional fue una sorpresa que no esperábamos, no sabíamos de la calidad humana del equipo ni de ustedes, les agradeceremos siempre”, dijo Alejandro con su voz quebrada, triste, igual a todos los chapecoenses, los ahora eternos hermanos de Chapecó....