Tres haitianos muertos y una tumba en blanco deja migración en Necoclí
En una semana, el covid cobró la vida de dos de personas, y otro más falleció por peritonitis. Autoridades lanzaron alerta por colapso hospitalario.
Amo el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad de Antioquia.
Como si se tratara de una tumba cualquiera, la lápida de Roger Mitrrand* no tiene nombre. La loza es de cemento y sobre ella no hay letras de N.N. ni nada que se le parezca. Él es el haitiano que hace cuatro días murió de peritonitis en el hospital de Necoclí, localidad a la que llegó con su familia para cruzar el Tapón del Darién hasta Panamá, y de ahí seguir su rumbo a EE. UU.; hacía parte de los 14.000 migrantes represados nuevamente en esa localidad del Urabá antioqueño.
“Él se acercó con un dolor muy fuerte en el abdomen al hospital de Necoclí y lo atendieron, pero no aguantó y se le explotó el apéndice”, explicó uno de los acompañantes de Roger a EL COLOMB IANO.
Al día siguiente, y sin un ritual para decirle adiós, la familia de Roger lo dejó en el campo santo, empacó maletas y continuó la travesía por la selva para alcanzar el sueño de todo migrante: vivir mejor.
La muerte del haitiano no es la única que se ha presentado en los últimos días. El doctor Néider Pupo Negret, director del hospital San Sebastián de Urabá, ubicado en Necoclí, indicó que hace una semana dos migrantes que fueron remitidos a Montería fallecieron por covid, ante la falta de una atención más especializada.
Dice Negret que las actuales condiciones de represamiento de los migrantes por la prohibición del paso desde la frontera de Panamá, ha llevado a que se presenten otras patologías como enfermedades respiratorias, cuadros diarreícos y deshidratación en niños y algunos adultos.
“Esta población tiene unas condiciones higiénico sanitarias muy precarias; se quedan de a 10 hasta 15 personas en una casa y duermen en condiciones que no son las mejores. Además, en Necoclí no hay agua potable y son un caldo de cultivo esta población para otras enfermedades”, precisó el doctor Negret.
El director del hospital señaló que, debido a que se les presta el servicio gratis de salud, se han visto desbordados por la atención de los migrantes, en especial de las madres embarazadas que desean saber como están sus bebés para seguir su camino por la selva.
A esta atención hospitalaria se suma la ayuda humanitaria de la Cruz Roja presta en las playas de Necoclí, donde duermen algunos de los migrantes.
Dice la comisaria de Familia de ese municipio, Susan Torres, que esa primera atención se centra en temas de urgencias no solo para los menores de edad sino también para los adultos que intentan cruzar. Sin embargo, Yonathan Escalante Bolívar, integrante de la Cruz Roja Colombiana y quien estuvo de voluntario en la atención a las personas que intentan cruzar el Tapón del Darién, expresó que parte del trabajo desarrollado está direccionado a la prevención, por esta razón, entregan más de 4.000 tapabocas al día, y en un mes, van más de 15 cubrebocas entregados a los migrantes.
Buscan medidas
El nuevo represamiento de 14.000 migrantes de diferentes países en Necoclí, llevó a que las autoridades le sigan la pista a este fenómeno migratorio que, en los nueve meses que va de este 2021, ha permitido el paso por el territorio colombiano de 25.000 ciudadanos de diferentes nacionalidades, según los registros de Migración Colombia.
Uno de los guías que trabajan en la frontera colombo-panameña pasando los migrantes, le indicó a EL COLOMBIANO que entre los acuerdos de la reunión entre autoridades de Colombia y Panamá a inicios del mes de julio, se decidió dar el permiso del paso a 600 migrantes de diarios de lunes a sábado, “pero hoy solo pasan máximo 300 y por eso se está viviendo un nuevo represamiento que ya está afectando a Necoclí (en Antioquia), y Acandí (en Chocó)”.
Con la premisa de evitar una nueva crisis migratoria como la ocurrida hace poco más de un mes, los Gobierno de Colombia, Panamá y Costa Rica, se reunieron en San José de Costa Rica para evaluar posibles soluciones a un fenómeno que parece no tener fin.
Tras la reunión, el director de Migración de Colombia, Juan Francisco Espinosa, destacó que “Colombia es un país que, por su ubicación, capta estas migraciones de forma masiva. La atención de estas personas extranjeras se ha centrado en la vigilancia de la salud y de la seguridad, en especial atención de situaciones de tráfico ilícito de migrantes”.
A su vez, Samira Gozaine, directora de Migración de Panamá, expresó que las tres naciones, y otros de Centroamérica, son países en tránsitoy debe existir una corresponsabilidad de todos los países de la región, un respeto a los derechos humanos y sobre todo una lucha contra el crimen organizado de traficantes.
Pero ante la solicitud de un cordón humanitario para el paso de los migrantes, el presidente Iván Duque le dijo a EL COLOMBIANO que hay quebuscar medidas, pero que no “se puede propiciar ni generarle logística a la migración ilegal. Lo primero que hay que desmantelar son esas redes de tráfico transforterizo. Aquí no puede haber personas pretendiendo nutrirse de una práctica condenada en el mundo”.
Atacar el tráfico ilegal
Con el fin de contrarrestar el delito de tráfico de migrantes que se presenta en las fronteras por las que se mueven los migrantes de Haití, Cuba, Venezuela y otros países, también se reunieron de forma paralela, los fiscales generales de Centro y Suramérica.
Esta reunión se realizó en Panamá y participaron el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa; el procurador general de ese país, Javier Caraballo Salazar, y representantes de los gobiernos de Honduras, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Chile y Uruguay.
Barbosa señaló que semanalmente entran 15.000 extranjeros al Tapón del Darién, razón por la cual se debe abrir una investigación para establecer los responsables y realizar la judicialización.
“Necesitamos trabajar de las manos, necesitamos crear mesas de priorización en la lucha contra esta criminalidad porque hay gente y grupos criminales que están fomentándola. Necesitamos evitar que se violen los derechos humanos”, dijo Barbosa.
Datos de la Fiscalía de Colombia registran que actualmente en el país hay 547 procesos abiertos por tráfico de migrantes, de estos, 344 están en etapa de indagación, 10 en ejecución de penas y en tres hubo sentencia anticipada.
Por su lado, el procurador (e) de Panamá manifestó que debe hallarse una estrategia que los convoque a todos los países involucrados en el tema de las migraciones irregulares que vienen afectando a la región, todo a través del intercambio de información y cooperación judicial para capturar a los responsables del tráfico de personas en Centro y Surámerica