Plantean salidas a los trancones en la glorieta de Punto Cero
Mientras analistas proponen alternativas al taco, Secretaría de Movilidad planteó un soterrado.
Periodista egresado de UPB con especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante, poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos. Especialidad, crónicas.
Entre los sitios de mayor congestión vial de Medellín, uno de los más críticos es el intercambio de Punto Cero, un lugar de alta confluencia de vehículos y donde se cruzan múltiples vías que conectan con el sistema vial del río y hacia destinos del norte, noroccidente y el sur de la ciudad.
En horas pico el sitio es tan congestionado, que hay usuarios como Andrea Jaramillo, ama de casa, que labora como vendedora de repuestos para celular en La Alpujarra, quien dice que si no tuviera que pasar por este lugar podría dormir al menos media hora más cada día.
“Vivo en el Doce de octubre y, voy en moto, por lo general me demoro hasta 40 minutos o más, porque bajo por El Volador y el taco empieza desde Florida (centro comercial); si no pasara por allí demoraría, si mucho, 20 minutos”, dice.
Su queja es la de muchos usuarios de vehículos particulares y de transporte público, buses y taxis, a los que el metro no les sirve mucho, pues la estación más cercana está en la terminal de buses del Norte, alejada de sus residencias.
En Punto Cero, para dar una idea, confluyen las rutas que llegan de las comunas 5, 6 y 7 (Castilla, Doce de Octubre y Robledo), además de las que llegan de Bello y el norte.
Iván Sarmiento, profesor de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional e integrante del Grupo de Investigación en Vías y Transporte, dice que el principal cuello de botella en este lugar proviene de los vehículos que llegan desde Robledo, por El Volador, y de Castilla, por la carrera 65, pues muchos toman hacia el sur, pero por la vía aledaña a la Universidad Nacional, una carretera estrecha, de solo dos carriles que resultan insuficientes para absorber toda la carga vehicular.
“En este lugar hay que tomar medidas de infraestructura y de manejo de tráfico, como darles continuidad a los carros que bajan de la 65 y que en vez de girar hacia la Nacional, sigan por debajo del puente y tomen un deprimido para conectar con Carabineros”, indica Sarmiento.
El experto aclara que además de esta medida, habría que buscar caminos alternos a la carrera 65, aunque el margen es muy leve. La ciudad, dice, debería pensar en las longitudinales occidental (por encima de la carrera 84) y oriental, conectando la avenida 34, lo que evitaría tanta confluencia de vehículos a Punto Cero y al sistema vial del río.
Son medidas a largo plazo, admite, pero que deben tomarse “porque el parque automotor cada vez será mayor, porque cada vez hay más motorización”. También propone crear parqueaderos en las estaciones del metro en el norte para desestimular que más vehículos bajen al Centro.
Hay un proyecto
Como si adivinara el pensamiento del académico Sarmiento, la Secretaría de Movilidad tiene en la mira buscarle una solución a este punto crítico de congestión.
Marta Suárez, líder de Prospectiva de la Secretaría, dice que la dependencia pasó una propuesta para que la administración construya un deprimido que conecte los vehículos que bajan del noroccidente con el sistema del río.
“Sería un soterrado para que los vehículos caigan directamente al sistema vial del río y no tengan que hacer conexión por la Nacional”, explica.
Añade que la función de la Secretaría de Movilidad es administrar el tráfico y no solo debe pensar en construir nueva infraestructura sino también en las vías como parte de una geometría que debe ser funcional.
En ese sentido, también analiza la necesidad de mover la conexión de la calzada occidental de la autopista sur con la calzada oriental, la que va más orillada al río, pues la posibilidad de esta transición está muy cerca del semáforo de la Universidad Nacional y de los vehículos que bajan de La Iguaná y en esa transición es que se arman las mayores congestiones.
Por estos días, incluso, la situación ha empeorado ya que se realizan trabajos de mejoramiento de la infraestructura del puente sobre la quebrada La Iguaná y no se permite la llegada a la calzada oriental, lo que obliga a todos los automotores a seguir por la calzada occidental.
“Analizamos cómo correr esos puntos de transición entre las vías para hacer más eficiente el paso sin que se frene el tráfico”, apunta Suárez.
Incluso, la vía de servicio por el barrio Carlos E. Restrepo, que bordea la biblioteca Piloto, también sería integrada a este sistema, pues hace algún tiempo está clausurado el paso y esto ha vuelto más complejo el flujo hacia el sur. Pero todo está en proyectos, aún sin diseños y mucho menos estimación de valores e inversiones.
Otros problemas
Pero en Punto Cero hay más dificultades. La vía de la Nacional no tiene bahías de descargue y por eso muchos vehículos públicos y particulares paran a descargar pasajeros con destino a la universidad. Hay un sistema semafórico que acrecienta el cuello de botella. El puente elevado, menos congestionado, es de alta velocidad y genera accidentes, en total 576 en los últimos cuatro años.
“Una solución que debería estudiarse o ejecutarse es la construcción de una bahía amplia en la Universidad Nacional y esta tendría que ceder parte de sus terrenos, se afectarían unas canchas de fútbol, pero daría mucha agilidad al cruce por este lugar”, propone el experto y analista en temas de movilidad, Luis Carlos Díaz Mora.
Lo fundamental, como se ve, es que el sitio es prioritario tanto para la Secretaría de Movilidad como para los estudiosos del tema en la ciudad. Falta que se pongan en marcha soluciones que combinen la infraestructura con la mejor administración del sistema vial, pues lo único que no tiene tendencia a la baja en la ciudad es el crecimiento del parque automotor. Y este es el que congestiona.