Antioquia

La tranquilidad volvió a Nariño y sus termales curativos esperan por los turistas en Semana Santa

Tras los días de zozobra, recupera su dinámica turística. Esperan miles de visitas en Semana Santa.

Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.

18 de marzo de 2023

No es la primera vez que los habitantes del municipio de Nariño, en el Oriente antioqueño, tienen que juntarse para defender sus aguas, bosques y paisajes de los violentos que buscan arrebatárselos.

Protegieron su tierra hace dos décadas en medio del abandono estatal y el dominio guerrillero y lo hicieron nuevamente en una muestra de rebeldía contra el terror que ha querido imponer el Clan del Oriente.

Nariño es una joya natural que la guerra ocultó durante años, en los tiempos en los que la guerrilla impuso su ley con desapariciones forzosas, asesinatos selectivos y una toma guerrillera en julio de 1999 que destrozó el 70 por ciento del municipio y que quedó en la historia como una de las más devastadoras tomas ocurridas en el país.

Con el retorno de la tranquilidad y tras la firma del Acuerdo de Paz, mientras tomaba forma una compleja y lenta búsqueda de verdad y paz en la llamada Zona de Páramos (Abejorral, Argelia, Sonsón y Nariño), la riqueza natural y el potencial turístico por fin salieron de la coraza.

Nariño posee en su territorio el cañón del Samaná, considerado como el río más limpio de Colombia, protegido por un imponente bosque húmedo tropical rico en fauna y flora. Posee, además, los termales del Espíritu Santo alimentados por aguas magmáticas, las únicas en su tipo en Antioquia, y a las que se les atribuye poderes medicinales y curativos lo que convirtió el lugar en un sitio de peregrinación.

Ana Carolina Guisao, administradora de los termales del Espíritu Santo, dice que fue gracias a un esfuerzo conjunto que lograron conformar en la vereda Puente Linda una envidiable oferta turística con gastronomía, capacidad hotelera (Espíritu Santo, hotel Santa Isabel, Mirador del Samaná), termales, charcos, piscinas naturales y senderos vírgenes, una experiencia completa que ya soñarían muchos municipios y que allí existe en una sola vereda fronteriza con Caldas.

Pero el Clan de Oriente puso a tambalear la prosperidad del municipio, y la zozobra que se venía acumulando durante meses tuvo su momento más álgido en febrero pasado cuando la estrategia de intimidación de los cabecillas del grupo, alias ‘Chatarra’ y ‘Camilo’, forzaron la parálisis de Nariño y Argelia durante varios días.

Pero aún con el temor comprensible y una ola de noticias que los golpeó con dureza, el tejido empresarial del municipio no se resignó. Mientras la fuerza público copó el territorio asfixiando al Clan de Oriente y asestando golpes sistemáticos, la comunidad y los empresarios se juntaron con la Alcaldía a diseñar una estrategia de promoción de los productos y servicios turísticos, y de acompañamiento a cada familia que visite el municipio.

La captura de ‘Chatarra’, el pasado 15 de marzo, en el municipio vecino de Samaná, Caldas, coronó, según la Gobernación de Antioquia, un plan de recuperación social y de seguridad que se propuso a sacar adelante todo el municipio después del intento del Clan de Oriente por convertirlo en un pueblo fantasma.

Esta nueva reactivación, el retorno progresivo de los turistas y la tranquilidad, le recuerdan a Fausto Osorio Villada, operador turístico del municipio, que los nariñenses tienen “callo en el alma y en el corazón” para enfrentar a quienes pretenden arrebatarles el territorio.

Este mes se cumplen justamente 23 años desde que los nariñenses montaron una estrategia digna de una película para ponerle tatequieto a la guerrilla. Cranearon la forma de confundir a los comandantes de las Farc y hacerlos ir a una asamblea en pleno pueblo donde los mismos habitantes les hicieron una encerrona y les ‘cantaron la tabla’ como un ejercicio de catarsis que les permitió desahogarse.

Cuando llegaron las represalias y los guerrilleros intentaron llevarse en las noches siguientes a los líderes de la comunidad, la gente montó una red de información y ubicaron unas chivas en las salidas del pueblo listas en cualquier momento, bajo el lema “se los llevan a ellos, y nos llevan a todos”.

Así forzaron a que las Farc aceptara un espacio de diálogo que se mantuvo durante un año en el que el Estado estuvo ausente del municipio.

Ana Carolina lo dice con contundencia: “Estamos más custodiados que el Vaticano”.

Tras los días difíciles, en ese rincón del departamento a cinco horas de Medellín, esperan que miles de turistas se animen a conocer la riqueza natural del llamado Balcón Verde de Antioquia.

Eso sí, la comunidad en general le mandó un recado al gobernador Aníbal Gaviria para que recuerde la promesa que tiene con los nariñenses de pavimentar la vía del Renacimiento.