Antioquia

¿Por qué la gente sigue envenenando perros?

El envenenamiento de tres mascotas en Piedras Blancas desató indignación. ¿Fastidio o estrategia de ladrones?

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La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la Universidad de Medellín.

04 de febrero de 2017

Intolerancia. Crueldad. Las dos palabras retumban aún en la cabeza de Catalina Murillo. A ella, el jueves pasado en la vereda Piedras Blancas, de Guarne, le mataron a Nico, Romeo y Blanquita, sus consentidos, sus perros adorados.

El acto, criminal —como ella lo llama— se repite en Antioquia, a pesar de que el maltrato animal es considerado un delito y el nuevo Código de Policía, incluso, estipula multas contra quienes lo cometan.

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Tras la denuncia del hecho, que fue viral, las autoridades prometieron una investigación para dar con los responsables y sentar un precedente en la judicialización por el envenenamiento.

“Pagaremos una necropsia para dictaminar cómo fueron envenenadas nuestras mascotas y una cuadrilla de Policía Ambiental iniciará la investigación”, dijo Murillo.

Solidaridad y rechazo

Las voces de solidaridad para Catalina Murillo se hicieron evidentes luego de denunciar la manera como fueron envenenados sus tres perros de razas Golden retriever, Beagle y criollo.

“No hay derecho a que sigan sucediendo estás atrocidades. Falta mano dura para los cobardes que cometen estos crímenes”, dijo la ciudadana, María Cecilia Correa.

En ese sentido, Murillo hizo un llamado a la tolerancia, y agregó que si existe incomodidad de un vecino por los sonidos o acciones del perro de otra persona, que se utilicen las vías del diálogo o la misma autoridad para dirimir los conflictos.

“Que la gente sepa que hay un Código, una autoridad y que si toman esas decisiones van a tener problemas con la ley”, anotó.

Estrategia de delincuentes

Una de las hipótesis que Murillo tiene sobre el envenenamiento de sus perros, y que se la han comentado algunos vecinos, es la de una estrategia de delincuentes de la zona para matarlos y poder robar en las fincas con facilidad.

Juan Lozada, quien vivió en la misma zona donde fueron envenenados los perros de Murillo, corroboró esa versión y comentó que allí le sucedió algo similar con su mascota.

“A mí ya me pasó cuando vivía en Santa Elena. De dos perros uno quedó vivo de milagro, y la razón era una sola: paracos y bandidos de combos de las comunas más cercanas patrullando por todas las veredas. Los perros son un problema para ellos y una alerta para los residentes. El problema es más de fondo”, enfatizó . n