Las posibles causas que hay detrás de la tragedia de Granizal, Bello

Buscar un techo a cualquier costo lleva a muchas familias a ocupar terrenos que en apariencia están baldíos, pero que pueden estar en una zona propensa a la tragedia. Eso ocurrió en la vereda Granizal, de Bello, donde se estima que unas 33 familias se tomaron un predio, al lado de la quebrada La Negra, la cual al desbordarse provocó que miles de metros cúbicos de tierra cayeran sobre sus propiedades, provocando la muerte de 22 personas en la madrugada del pasado martes.

Esta situación, según Luis Fernando González, arquitecto de la Universidad Nacional, se origina por múltiples problemáticas sociales que van de la mano con la falta de gobernanza de las autoridades en algunos territorios, que terminan siendo controlados por quienes con algunas tablas de madera se toman un espacio, pagando o no por ello.

“Múltiples actores influyen en que se presenten estas problemáticas en los territorios. Uno de los más claves es la falta de control territorial de las administraciones sobre esas áreas periféricas y esto se debe a que casi nunca hay una planificación preventiva, sino reactiva, que es cuando ocurren estas emergencias”, expresó el experto.

De acuerdo con los sobrevivientes de esta emergencia, muchos de ellos llegaron hace algo más de una década a este sector y allí construyeron sus viviendas, algunas que se quedaron con las maderas y la teja de zinc y otras que sus dueños, con esfuerzo, le pusieron ladrillos, construyendo unas estructuras más firmes, pero que igual no soportaron la fuerza de la naturaleza.

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Todos por igual, sobre las 3:00 a.m. del pasado martes sintieron un estruendo, al cual compararon con un terremoto o el choque de un avión, y cuando se dieron cuenta fue que la tierra se había llevado la casa, bien fuera la propia o la de sus vecinos.

De las 22 víctimas, 14 fueron identificadas plenamente: Carolina Ciro Castro, de 23 años, Juan de la Cruz Muñoz Caño, de 84; Dellanira Vera Echeverri, de 79; César Augusto Hoyos Cantero, de 31; Meleidys Martínez Oquendo, de 23; Llirmen Rodríguez Ciro, de 26; Richar Eudaldo Cardona Aricapa, de 34; Paula Andrea Londoño, de 40; Yuranis Gómez Cañas, de 31; Jhon Esteban Bedoya Oquendo, de 21; Pedro Nel Agudelo Zapata, de 48; Neila Astrid Sarmiento Sandoval, de 31; Juan David Lozano Hernández, de 16, y Henry Mejía Rivera, de 56 años.

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En las instalaciones de Medicina Legal continúan las labores de identificación de las otras ocho víctimas de esta emergencia, de las cuales 18 ubicaron en jurisdicción de Bello y las restantes cuatro en la ladera de Medellín, ya que la situación ocurrió en los límites entre ambos municipios.

Además, 625 personas se encuentran en dos albergues temporales que se ubicaron en la Institución Educativa Fe y Alegría y en la Institución Didascalio, donde se les están entregando todas las ayudas recolectadas por la Alcaldia de Bello.

De hecho, el encargado de la Comisión Social de la Emergencia por la Alcaldía de Bello, Wber Zapata Lopera, manifestó que “tenemos todo el acompañamiento de salud, atención psicosocial, ase o y seguridad, así como apoyo infantil y la alimentación completa. Le pedimos a la ciudadanía no llevar ayudas humanitarias a estos albergues”.

Sin embargo, más allá de las ayudas humanitarias y la orden de evacuación definitiva, hasta el momento las autoridades no han hecho mención de decisiones sobre la vereda Granizal, que es catalogada la invasión irregular más grande del país y que tiene miles de construcciones en zonas propensas a una emergencia de iguales proporciones.