Antioquia

Hace 10 años no escurrían aguas del cerro Quitasol

El fenómeno ocurrido el miércoles, a causa de las fuertes lluvias, se conoce como escorrentía superficial. Varias viviendas fueron afectadas.

Periodista del Área Metro. Me interesa la memoria histórica, los temas culturales y los relatos que sean un punto de encuentro con la ciudad en la que vivo, las personas que la habitan y las historias que reservan.

16 de noviembre de 2018

En medio de una fuerte precipitación y ante la mirada inquieta de los habitantes del sector, pequeños riachuelos y corrientes de agua descendieron el miércoles por el Cerro Quitasol, en el municipio de Bello.

El Sistema de Alertas Tempranas de Calidad del Aire del Valle de Aburrá, Siata, explicó que lo que se observó en el cerro es una situación normal causada por las lluvias y denominada escorrentía superficial. Autoridades locales manifestaron que no ocurría con tanta intensidad desde hace 10 años. Pero, ¿en qué consiste?

Verónica Botero, magíster en Estudios Geológicos y decana de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, explicó que las precipitaciones se distribuyen en tres partes: una parte que se infiltra, o se absorbe por el suelo; otra que cae en las plantas para luego evaporarse y una última que se escurre por las laderas cuando hay saturación del suelo.

Una situación similar, agrega Botero, ocurre cuando una persona camina bajo la lluvia: las gotas empapan la ropa y, cuando la tela supera su capacidad de absorción, el agua se escurre.

“Es lo mismo que pasa en el suelo. .Como estamos en un periodo invernal, la mayoría de las laderas de nuestra ciudad están saturadas. Tienen mucha agua en el suelo y cuando llueve, como su capacidad de absorción está disminuida, la mayor parte de la precipitación se escurre”, agregó.

Respetar las zonas de retiro

El capitán Nelson Zuluaica, comandante del cuerpo de Bomberos de Bello, explicó que las aguas que descendieron por las cañadas del cerro Quitasol llegaron hasta la quebrada La Pachelly. Esta situación generó inundaciones en 26 viviendas ubicadas en la ribera del afluente, pero no hubo personas lesionadas.

Las fuertes lluvias produjeron afectaciones menores en otros sitios. En el sector de Valadares se presentó una obstrucción de los desagües en vía pública y hubo incremento en el cauce de las quebradas La Loca y Montañita.

César Augusto Arango, director de la Oficina Asesora de Gestión del Riesgo de Bello, enfatizó en que lo ocurrido el miércoles en el cerro es un evento natural que, sin embargo, hace 10 años no se presentaba en tal magnitud.

María del Pilar Restrepo, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana, indicó que, en estos casos, el Amva le ha insistido a la ciudadanía evitar la ocupación en las zonas de retiro de las quebradas, no solo en aquellos cauces con presencia de agua, sino también en caños secos. En inmediaciones del Quitasol, agregó, existen ocupaciones que en temporada seca no corren peligro, pero que en época invernal enfrentan riesgo de desbordamientos e inundaciones, por su cercanía a los afluentes y al elevarse el nivel del agua.